Estuvo situado junto a la iglesia parroquial, en lo alto de la colina por la que se desparraman las casas del pueblo. En la actualidad se encuentra desaparecido por completo.
Se levantó un poco antes que el de San Marcos, formando parte del mismo sistema defensivo que creó el conde Jerónimo Ró, maestre de campo general, ante la guerra con los portugueses.