El Fortín

Estuvo localizado a la orilla del mar y a escasa distancia al Sureste de la ciudad de Denia. Su ubicación estuvo fuertemente ligada a la posición del puerto musulmán, algo más al Sur que el actual.

Prácticamente desaparecido. Tan solo ha quedado un sector en el Paseo del Saladar, junto a la Oficina de Turismo. Durante sucesivos excavaciones se han encontrado restos dispersos en la ciudad, pero han sido cubiertos de nuevo

En el 2002 apareció un tramo de muralla en la confluencia de las calles Arturo Vicens y Joan Fuster, pero fue cubierto de nuevo.

 

 

Mapa realizado por los franceses en el siglo XIX, en el que aparece, además del castillo y las murallas, el Fortín, en el ángulo inferior derecho.

Restos que han dejado en superficie de la muralla del Fortín, junto a la Oficina de Turismo. Se trata de la esquina meridional

Se trataba de una cerca que rodeaba y defendía el Arrabal, junto al puerto musulmán, encerrando una superficie de 13 Ha. Fue levantada por los árabes y se extendía 600 varas paralela a la costa. Tenía planta casi rectangular con cubos circulares de trecho en trecho y una gran torre de planta circular que sobresalía en el conjunto. Esta torre era conocida como Torre Carrós o Carroz, en honor de un capitán de Jaime I, llamado Pedro Carrós, que lo tomó al asalto a los moros, y luego, en 1244, también tomó Denia. Esta torre fue una de las ruinas que atestiguaban la pasada grandeza de Denia. El ministro Madoz señala en 1847 que es batida por las aguas del mar y que funciona como una de las señales para entrar en el puerto, y que por razones de utilidad y de su antiquísima historia convendría que se reparase, y si no, socavado por el mar, no tardaría en desaparecer. Pronostico que realmente se cumplió. También señaló que se encontraba a 1.400 varas al Sureste de Denia. En la torre había tres cañones que enfilaban la entrada al puerto. Por la parte de tierra contaba con un alto parapeto con aspilleras y en su esquina Noroeste con una garita aspillerada. En 1890, Menéndez Pidal aún habla de la Torre Carroz y de los restos del Fortín. Y en 1914, todavía debían quedar restos de la torre, pues la enciclopedia Espasa habla de los restos del Fortín y de los de Olimbroy.

 

 

Lámina del Viaje Pintoresco e Histórico, de Alexandre Laborde, en la que apreciamos la trama urbana y de la fortaleza del castillo en vísperas de la Guerra de la Independencia. También se observa, abajo, el recinto del Fortín.

Contó con una puerta de ingreso directo al Norte, orientada a la medina, defendida por una torre en uno de sus flancos. Parece que daba paso a un puente que salvaba la acequia del Riatxol, que le servía de foso en un largo tramo.

 

 

Lienzo Sureste.

Aunque han aparecido restos en otros puntos de la ciudad solo se ha conservado a la luz pública el sector Sureste y las torres de sus dos esquinas. A pesar de que según los planos antiguos y la tradición las torres del Fortín son circulares, estas dos son cuadrangulares. El muro tiene 1’80 m de espesor con fábrica de tapial con abundante mampostería menuda.