A 3 km al Suroeste del pueblo, sobre una loma dominando un valle, antigua vía de comunicación por las sierras de Lucena. Su acceso es sencillo, pues llega hasta él un camino asfaltado que da servicio a numerosas masías aledañas y que nace en la carretera de Useras, junto al puente de la rambla.
Estado excelente. Gracias al pueblo de Adzaneta fue restaurado, reforzándose la estructura y acondicionando el interior.
A pesar de su nombre y de que todos los autores y vecinos lo consideran un castillo, se trata de una masía fortificada similar a tantas otras del Maestrazgo. La torre es de planta rectangular (6 x 4 m), con cuatro pináculos de piedra en su tejado, con fábrica de sillares y mampostería que le dan un aspecto rudo y rocoso. En un momento indeterminado del pasado se adosó a ella una ermita dedicada a la Esperanza, obra del siglo XIV en estilo gótico, Tiene una portada de medio punto y en su interior se conservan lienzos antiguos, como una de la Inmaculada de 1689. Actualmente forma un bello conjunto perfectamente restaurado. Se ha dicho que este “castillo” tenía funciones de vigilancia de antiguos caminos, pero nosotros creemos que, como en tantos otros lugares del interior de Castellón, una masía fortificada servía para el refugio rápido de sus habitantes y los de las cercanías, ante la imposibilidad de acudir a un castillo lejano más seguro.
Ya hubo un poblado ibérico con anterioridad en este lugar, y parece que fue luego ocupado por los moros. Las primeras referencias documentales datan de 1273, según la carta de donación de Guillem de Anglesola. En 1328 es vendida a Guillem de Anglesola, hijo del anterior del mismo nombre que traspasó el territorio de Culla a los templarios. Debió ser lugar muy importante, pues es nombrado en la carta-puebla de Lucena de 1335, sin nombrar a Adzaneta. En 1381 es donada por Ramón de Anglesola a Dalmau de Queralt.