
Vista general del castillo desde el puente de la carretera general.

Uno de los lienzos de tapial. Parece que se aprecian vestigios de almenas.
Sobre una pequeña elevación en el margen izquierda del río Mijares, entre el Puente Nuevo y el puente del ferrocarril. Casi todo su recinto ha sido ocupado por una fábrica de chapas y tableros y grandes cantidades de troncos impiden el acceso y la observación de sus ruinas.
Muy mal estado. La invasión de su superficie por la fábrica de tableros ha conllevado el relleno con materiales de construcción de la zona adyacente al castillo, por lo que la antigua elevación o colina que lo formaba ahora está al mismo nivel que el terreno circundante, e incluso a nivel inferior que la carretera. Desde hace varios años el ayuntamiento ha intentado su restauración, a lo que la familia Archela, propietaria de los terrenos, no ha puesto ninguna objeción, pero parece que la corporación no ha puesto demasiado empeño y todo sigue en el mismo estado de abandono que siempre.

Pequeño castillo de planta irregular y con condiciones no demasiado idóneas para su fácil defensa. Desconocemos su planta al no poderse acceder al lugar de los restos, además de estar destruídos en su mayor parte. Desde el puente se observan muros y paredes de tapial y mampostería, abocados al cauce del río, al Sur, que aquí forma un elevado escalón en su ribera, único punto inaccesible. En la pared que forma la ribera, por debajo de la fortaleza, aparecen una serie de cuevas con aspecto de haber estado habitadas en el pasado. Desconocemos si fueron utilizadas con ánimo defensivo. Esta fortaleza debió servir para defender algún vado o paso en el río.


Su solar estuvo ocupado por un poblado de la Edad del Bronce, del cual se han encontrado abundantes restos. Pero el castillo es obra musulmana. Tras su conquista en 1234 por Pedro Cornell, noble al servicio de Jaime I, fue repoblada en 1237 con aragoneses, por lo que era una de las 20 poblaciones del Reino que se regían por el fuero de Aragón. A partir de 1247, con el consiguiente aumento de población, Ponç de Torrella trasladó la población de su ubicación al actual emplazamiento, quedando el castillo abandonado