Sobre un alto cerro de 381 m. de altura, a 4 km. al Este del pueblo, en plena Sierra de Irta, visible desde la carretera general y la autopista. Se puede llegar a él con vehículo pues existe un camino que, tras cruzar la carretera y la autopista, pasa junto a la ermita del Calvario, y por detrás de la montaña nos lleva directamente hasta el castillo. Xivert está junto a uno de los caminos generales levantinos de la antigüedad, no el principal que era la Vía Augusta que discurría por el interior, sino otro de gran importancia estratégica por su cercanía a la costa. Esto se demuestra porque aunque esté muy cercano el castillo de Polpis, la posibilidad de socorro a la costa desde Xivert era mucho mayor y su dominio sobre el terreno circundante era también mucho mayor.
A pesar de su gran tamaño y de que el proceso de restauración es contínuo aunque dependiendo de presupuestos disponibles en cada momento, su estado todavía puede ser muy mejorado.
En el muro islámico Sureste, cercano a la Torre Mayor o de Mediodía, fotografiada aquí encima, aparece una inscripción islámica única en España. El letrero es de diseño cúfico antiguo. En letra artística aparece una frase que invoca a Dios, está puesto a la intemperie moldeado con el mismo material que el muro. Fue realizado de forma que el “negativo” de la frase estaba tallado en la madera de las cajas del tapial. Por sus características se cree que debió ser tallado por un gran calígrafo, seguramente valenciano, pues en la Valencia mora había escuela de este arte. El muro donde aparece el letrero puede ser considerado el inicio y origen del castillo, demostrando con su propia robustez, la categoría suficiente para escribir en él, el nombre de Dios. Parece que la traducción exacta de la inscripción sería “el que se levanta en nombre de Dios”.
Entre la Torre Mayor, cuadrada, y la Torre de la Tanega, circular, está el lienzo donde aparece la inscripción.
Recinto cristiano o superior visto desde el Suroeste.
Imagen tomada desde el Este, desde la torre Ebrí. Los pálidos muros del castillo sobresalen entre los cárdenos cerros.
El castillo es de tipo montano, de grandes dimensiones y de planta irregular dispersa. Consta de tres recintos escalonados no concéntricos. El superior y más importante (alcazarejo), levantado por los cristianos; otro más bajo y más amplio, musulmán; y otro, ladera abajo por el Oeste, hacia el valle, donde se situaba la población medieval (puebla) de Xivert. En total cubre una superficie aproximada de 1’13 Ha.
El recinto cristiano, aunque de origen musulmán, posee casi toda su obra visible actual debida a la Orden del Temple. Tiene planta ovalada de forma irregular, ocupando una superficie de unos 1.000 m2. En sus cortinas destacan sobre todo las dos torres circulares del lienzo Este y la torre cuadrada, reconstruida, del extremo Noroeste. Su entrada estuvo en el lado Oeste y era una pequeña y escondida puerta en un recodo de la muralla. Esto se ha descubierto gracias a las excavaciones pues este sector está muy dañado. En el patio de armas, se aprecian los frentes Este y Sur bastante bien conservados, con cortinas almenadas, las dos torres circulares con cámaras, bóvedas de cañón y restos de escaleras, y las grandes salas con un gran aljibe. El lienzo Norte, bien conservado llega hasta una esbelta torre cuadrada. El frente Oeste está prácticamente desaparecido.
Recinto superior cristiano visto desde el Este.
El mismo recinto desde el Sur.
Uno de los aljibes.
Interior de una de las salas del recinto cristiano.
El recinto musulmán, más bajo, engloba al anterior adaptado a la forma irregular de su emplazamiento por lo que sus frentes Noroeste, Norte, Este y Sureste forman un gran óvalo, mientras que el frente Sureste es más o menos rectilíneo. Este recinto ocupa unos 2.200 m2. Junto a la torre del extremo Sur, llamada Torre Mayor, se localiza la inscripción islámica. Por el lado Norte la separación entre los dos recintos es muy estrecha dejando una liza muy limitada, pero en el resto el espacio es muy amplio, quedando restos de antiguas construcciones, ahora muy arruinadas. Desde su parte Oeste parten las murallas que encerraban la puebla, en lugar en que existe otro gran aljibe todavía cubierto por su bóveda. Sus grandes dimensiones no pueden apreciarse hasta llegar a él, al estar prácticamente oculto por el abundante arbolado.
El último recinto, de grandes proporciones (más de 8.000 m2), encerraba la puebla ladera abajo. Partía desde el recinto islámico con una fuerte muralla escalonada debido a la fuerte pendiente, de la que quedan largos lienzos. En su interior quedan muchas ruinas de casas y construcciones varias.
Interior del patio de armas del recinto cristiano. Arriba, muros y torres circulares del lienzo Oeste, y debajo, lienzo y torre cuadrada Norte. Se aprecian las excavaciones y reconstrucciones realizadas.
Frente Este del castillo. Más elevado, con almenas, el recinto cristiano. A la izquierda, lienzo musulmán.
Torre de Poniente del recinto cristiano. Fue reconstruida en 1999.
Cubo Sureste del recinto superior.
Frente Norte. Se aprecian los dos recintos. El más bajo y delantero, a modo de antemural, árabe. Y el de torres elevadas, cristiano.
Ruinas adosadas al muro del segundo recinto, por su parte interior.
Lienzo almenado del flanco Norte.
Frente Este del segundo recinto. Por encima asoman los cubos del primer recinto.
Se cree que fue el emir Abderramán III en el siglo X el que ordenó la construcción de este robusto castillo. En 1169, antes de su conquista como era habitual en estos casos, Alfonso II de Aragón, donó la fortaleza de Xivert a los caballeros del Temple. El maestre de la orden, Hugo de Folcalquier, lo conquistó tras tres meses de sitio, en 1234. El 28 de abril de ese mismo año se firmaron las capitulaciones entre los templarios y los moros de Xivert, respetando las leyes musulmanas. Sucedió que, en 1225, Jaime I, con motivo del sitio de Peñíscola, lo concedió al caballero Ximén de Lluria, donación que no tuvo efecto ni fue definitiva por cuanto, en 1233, durante el sitio de Burriana, hubo una nueva donación del mismo, por así aconsejarlo las circunstancias, a la misma Orden del Temple. Tras extinguirse el Temple, Xivert pasó a la Orden de Montesa en 1319. Al poco tiempo, la población se trasladó al llano, abandonando la puebla, aunque el castillo siguió en activo durante varios siglos más. Durante las Germanías fue incendiado y luego abandonado en el siglo XVII. Tras llegar a un estado auténticamente deplorable, la Diputación de Castellón, actual propietario, comenzó en 1999, una lenta recuperación de sus restos, consolidando lo más deteriorado y reconstruyendo lo mejor conservado.
El castillo visto desde la población de Alcalá de Xivert. Se aprecian en la ladera los restos de la puebla.
Frente Norte.
Muralla escalonada de la puebla. Se observa su fuerte pendiente.
Casas en ruinas de la puebla. Por encima asoma la torre de Poniente del recinto cristiano o primer recinto.
Algunas de las casas de la puebla.
Torre de Poniente.
Magnífica imagen del recinto superior o alcazarejo. Más arruinado queda el recinto inferior, en la parte baja.