A un par de kilómetros al Sureste de Santillana, sobre un cerro cónico de gran elevación (228 m) sobre el entorno circundante, entre las carreteras de Suances y la del Puente de San Miguel. Así mismo, el monte de Vispieres se divisa desde muchos kilómetros de distancia, puesto que se alza sobre una gran extensión de terreno bajo, aunque ondulado. Una estrecha pista forestal (prohibida al tráfico rodado), que comienza en la rotonda, lleva hasta su cima.
Muy mal estado. La parte superior del monte está acondicionada para su visita, más como espectacular mirador que como conservación de los restos del castillo.

Restos de la torre conservados en la cima.

Monte Vispieres, visto desde la pedanía de Mijares, al Sureste.
Lienzo Norte, en el que quedan restos de tres aspilleras.


Esquina Noreste.
Acceso actual. No es más que una brecha en el muro Este.

Castillo montano del tipo torre-donjon rodeada de una cerca, estructura muy habitual en el Norte de España. La torre era de considerables dimensiones, de planta rectangular (11 x 12 m), con gran altura, aunque desconocida, y algunos vanos en sus paredes. Su fábrica es la mampostería unida con mortero de cal, aunque es de suponer que los dinteles de puertas y ventanas fueran de sillares o, cuanto menos, de sillarejo. De sus escasos restos es aventurado sacar conclusiones. De la alargada muralla que rodeaba a la torre, nada queda, tan solo la curva de nivel formada por su aterrazamiento. Debido a su elevado emplazamiento, mantiene contacto visual con todas las fortalezas de un amplio territorio, controlando incluso la llegada de enemigos desde el mar.

Reconstrucción hipotética de torre y recinto.


Restos de la torre, desde el Sureste.
El pico Vispieres visto desde el Oeste.

Esta edificación se construyó sobre los restos de una fortaleza romana que ejercía funciones de atalaya sobre la vía de Agrippa. Plinio el Viejo habló de un castro cántabro que ha sido relacionado con este lugar en su Historia Natural, sobre el cual se habría construido la fortificación romana. Esta fortaleza es citada en el cartulario del Monasterio de Santa Juliana, por primera vez en el siglo XI, como “castillo del Alfoz de Camesa”. En este lugar se reunían en concilio los personajes nobles de la comarca del bajo Besaya. La construcción medieval perteneció a la realeza hasta que en el siglo XIV Alfonso XI de Castilla lo legó a su hijo Tello. En el siglo XIV el castillo se hallaba bajo el dominio de la Casa de la Vega, uno de los linajes más notorios de Santillana. Después fue propiedad de los marqueses de Santillana, dueños entre otros títulos del de duques del Infantado. En el siglo XVI el castillo ya estaba abandonado. El Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal de 1827 ya recoge que del castillo de Vispieres solo quedaban las paredes.

Muro meridional.
