Castillo de Sot

La torre en 1998 y en 2012, tras la restauración.

Se encuentra en lo alto de un pequeño cerro rocoso que se alza junto al río en medio del valle y del pueblo, desde el que se domina por completo el caserío.

Buen estado. Ha sido recientemente rehabilitada la torre, que es, prácticamente, el único elemento que queda del castillo. Se recuperó como elemento patrimonial para visitas culturales.

Flanco Este de la torre, antes y después de restaurar.

 

 

 

Flanco Oeste.

Pequeño castillo roquero del que subsiste la gran torre del Homenaje y algunos muros más, semiocultos entre las casas. La torre es de planta cuadrada y su estructura es de fábrica de tapial y mampostería. Se conservan diversos vanos con variedad de formas y tamaños. Tuvo almenas que llegaron a estar casi desaparecidas, y ahora han sido reconstruídas de nuevo. El sistema defensivo de la torre se completaba con un muro de circunvalación de la misma que lo recorría por tres de sus caras, excepto por la Oeste ya bien defendida por la disposición cortada de la peña. En tres de sus caras, excepto la Oeste, aparecen los huecos de mechinales de construcciones adosadas que debían rodear la torre y dejarla bastante oculta.

Interiormente la torre se divide en cuatro niveles o plantas divididas por forjados de madera, de los que se conservan los mechinales de apoyo. La planta baja, la zona más segura, servía de refugio o depósito de víveres y almacén. En este nivel se han hallado los restos de un aljibe al que se canalizarían las aguas que cayeran en la cubierta superior. En la base de la torre o planta baja, donde el muro debía de ser más fuerte, el grosor del muro equivale a cuatro codos (poco menos de dos metros), en la primera planta a tres codos, en la segunda a dos codos, y a la altura de las almenas el grosor se redujo a un codo. Se ha podido constatar la existencia en algunas viviendas de túneles y galerías subterráneas que serían coetáneos con el castillo.

 

 

 

Se han encontrado fragmentos de cerámicas ibéricas y musulmanas en el barrio del castillo de esta población. Fue construído por los árabes sobre otro anterior visigodo. Tras la conquista de Jaime I y su inclusión en el Reino de Valencia, en el año 1271 aparece formando parte del señorío de Hurtado de Lihory, a cuyos descendientes perteneció hasta 1371, año en que pasó al infante Martín de Aragón, por donación de su padre, el rey Pedo el Ceremonioso.