
En la cima de un cerro cuarcítico cónico muy cercano al caserío, junto a la que fue una importante vía romana y, posteriormente, musulmana, aprovechando las murallas y el foso de un asentamiento celtíbero. El castillo destaca a larga distancia debido a la horizontalidad del terreno, asomando entre el corte de la sierra, paso natural muy estratégico por estar situado muy cercano a la frontera con Castilla. Su ascenso es fácil, pues no hay vegetación alguna que lo dificulte.
Muy mal estado. Hemos visitado este castillo a mediados del año 2022 y nos hemos encontrado con que los desmoronamientos son continuos y abundantes. El deterioro ha sido manifiesto desde nuestra primera visita en el año 2005. La torre del Homenaje presenta unas grandes grietas que han abombado sus muros. Recientemente se ha aprobado un proyecto para restaurar el castillo. Mucho nos tememos que si no empiezan pronto las obras, el Homenaje acabe convertida en un montón de escombros.

Imagen tomada desde el Suroeste, desde la carretera de Embid.

Frente Suroeste, el mejor conservado. Entre estas dos torres se abría la puerta.
Castillo montano de planta trapezoidal, con una torre en cada una de sus cuatro esquinas. No quedan restos de su interior ni de su exterior, aunque se sabe que tuvo un albácar, completamente desaparecido hoy día (año 2022). Su lado más corto mide unos 18 m y el más largo, 27 m, ocupando una superficie de 440 m2 aproximadamente. Tres de las torres son macizas, y tan solo la torre occidental, considerada el Homenaje, tiene abierto su interior. La entrada estuvo situada entre las dos torres mejor conservadas, está defendida por un parapeto de tapial levantado sobre base de mampostería de cuarcita del que quedan escasos restos. Es obra casi en su totalidad de mampostería cuarcítica con las esquinas reforzadas con sillares calizos. Al ser la cuarcita de color rojizo y la caliza gris, le dan un curioso y elegante aspecto. También hay sectores en los que se construyó con tapial, seguramente con posterioridad. Aparecen algunas marcas de cantero en la base del torreón meridional.

La Torre del Homenaje, situada al Oeste, constaba de tres pisos más la terraza. En tres de sus caras se abren dobles saeteras construídas con jambas de calizas y cubiertas con lajas de cuarcitas adinteladas. Es la única de las torres hueca en su interior. Las cuatro torres tienen unas dimensiones similares, es decir planta cuadrada de unos cinco metros de lado. Debían diferir solo en la altura.
La torre meridional, gemela a la del Homenaje en sus mediadas, solo dispone de una saetera de sillería. Las otras dos torres, mucho más destruídas, presentan una altura sensiblemente más reducida. En el cartel explicativo que existe en el pueblo sobre el castillo, se comenta que entre el mortero de unión existían escorias de hierro, pero nosotros no las encontramos.
Los lienzos que unen las torres (o por lo menos el único que queda) están construidos utilizando una base de mampostería de cuarcita de pequeño tamaño sobre el que se elevan varias tongadas de tapial de un metro de altura que aparecen separadas por los huecos de los mechinales empleados en los andamios. En el lienzo Oeste, el mejor conservado, se observan tres tongadas completas y restos de una cuarta. En el lienzo Norte se dice que las murallas medievales se pegaban parcialmente sobre la muralla celtíbera, pero es peligroso comprobarlo debido a la verticalidad de este flanco y solo para expertos debido a la destrucción de este sector. A nivel bastante inferior, entre el castillo y el pueblo, queda la base de un torreón de planta cuadrada (7 m) que debió ser una albarrana.




Torre del Homenaje. Y grietas que la hacen peligrar.



Torre Sur, gemela a la del Homenaje, pero maciza. Como se observa, el lienzo no se integra en la torre, sino que se adosa, lo que demuestra que la torre se construyó primero.

Flanco Oeste. A la izquierda, la torre Norte, muy desmochada. A la derecha, la torre del Homenaje. En el centro, el lienzo que las une, el mejor conservado, donde se aprecian las cuatro tongadas de tapial.



Torre Este, muy ruinosa.
Lo que queda de la puerta en recodo.


Torre albarrana.
Las menciones documentadas de Santed son muy escasas. Su construcción parece haber tenido lugar en los primeros años del siglo XIV, a partir de los cuales son conocidos los nombres de sus alcaides. Por ello conocemos a Juan Remicir, Juan y García de Arázur, Domingo Marcuello y Fernando de Linera. Pedro IV el Ceremonioso se vió obligado a entregar a los unionistas varios castillos, entre ellos Santed y Tornos, en 1347, pues se habían hecho fuertes en Berrueco. Pero fue recuperado y reforzado. Durante la Guerra de los Dos Pedros, entre Aragón y Castilla, Santed fue sitiado por los castellanos en 1356. En 1360 era alcaide García Ramírez de Iranzo, descendiente de Ximénez de Iranzo, alcaide de Tornos bajo Jaime I. Castilla volvió a sitiar el castillo en 1449 con tropas al mando de Gómez Carrillo “el feo”. Con la unión dinástica entre Aragón y Castilla y las nuevas armas de fuego, el castillo dejó de tener importancia y fue abandonado.
El Gobierno central se ha comprometido a restaurar el castillo de Santed antes de 2027, lo que pasa es que la partida presupuestaria de 4’7 millones, es a repartir con el castillo de Sagunto, el de Adsubia y en tramos de las murallas de El Burgo de Osma y Zamora. O sea, que no sabemos la cantidad que llegará a Santed.

El castillo visto desde el Norte.
Lienzo de tapial.


Vista Este de la fortaleza. Esta parte es la más arruinada.
Vista del castillo desde el Sur.


Al fondo la cuenca de la laguna de Gallocanta. Y por ende, la frontera con Castilla.