Castillo de San Juan

Sobre unas peñas rocosas de 404 m de altura al Este del pueblo. Su acceso es sencillo desde el casco urbano por medio de unas escaleras acondicionadas y ajardinadas.

Llegó a estar en un estado auténticamente lamentable, al borde de la desaparición, pero a partir del año 2007 comenzaron una serie de intervenciones que frenaron su deterioro, aunque solo han servido para consolidar los restos. Se han habilitado las dos torres como miradores.

Diversas imágenes de la torre mayor o del Homenaje. Tras su consolidación ha sido transformada en un mirador.

Castillo roquero de planta irregular adaptada al espacio disponible entre las rocas. Ocupa una superficie aproximada de 4.800 m2. No han quedado restos de su interior, por lo que no se le aprecian recintos, a excepción del pequeño apéndice meridional. En el punto más elevado está la torre del Homenaje, de planta cuadrada con 12 m de lado y fábrica de tapial con gruesas piedras. Actualmente se ha consolidado y habilitado para las visitas, creando un estupendo mirador. Parece que contó con tres plantas. La única puerta del castillo se localiza al Norte y se cruza gracias a unas escaleras. En su interior tan solo podemos apreciar los restos de dos aljibes en su parte meridional. Todos los muros del castillo presentan la misma fábrica y se han reconstruído con los mismos materiales.

 

 

 

 

 

Sector Norte del castillo.

 

 

 

La primera fortificación construida sobre el cerro se remonta al siglo XII, aunque los registros históricos la mencionan en más detalle a fines del siglo posterior. En 1266 el castillo fue entregado en tenencia a Diego Alonso de Rojas. El castillo figura explícitamente en la Carta de Donación de Sancho IV, hijo de Alfonso X el Sabio, a la Orden de San Juan de Jerusalén en 1289, y la Carta Puebla de 1412, por lo que se supone preexistente a la ocupación cristiana. Esta concesión se hizo para contrarestar el poderío de la Orden de Santiago. De esta forma, el castillo de Calasparra fue el mayor símbolo de poderío de la Orden en la zona, a su vez que el comendador local jugaba un papel relevante en el reino.

 

 

 

80 metros al Norte del castillo, sobre otra roca, quedan los restos de una torre.

 

 

 

El castillo se ha habilitado para su visita turística.

 

 

 

Restos de la puerta del muro Sur.

 

 

Jaime II de Aragón conquistó Calasparra a finales del siglo XIII. Luego sufrió constantes escaramuzas por parte de los moros granadinos hasta el ataque en toda regla de 1393. En 1445 sufrió un nuevo ataque granadino. Con el fin de la Reconquista el interés por el castillo fue diluyéndose, hasta que en el siglo XVI, tanto soldados como la administración se trasladaron al llano. El deterioro del castillo fue rápido pues en el siglo XVIII se produjeron varios desplomes de sus muros que hacían peligrar la vida de los vecinos asentados en su base.

En el año 2007, comenzaron las obras de restauración del castillo, sin excavaciones previas, ensanchándose la vía de acceso al mismo, a costa de la muela, y procediéndose a la consolidación de sus muros. Desde entonces han tenido lugar otras intervenciones que han servido para recuperar la fortaleza.

Muro meridional.