Castillo de Sallent

Sobre una colina, apenas a un kilómetro al Sur del pueblo, llamada Turó del Castell. Se puede acceder hasta él  con vehículo por pistas forestales, siendo el camino más sencillo a través de la mina, desde el río. Es perfectamente visible desde la autovía C-16, que corre paralela al río Llobregat, a sus pies.

Muy mal estado en el momento de nuestra visita en el año 2011. Los restos estaban tan deteriorados que apenas se podía percibir su estructura y forma.

 

 

En el interior del recinto se levantó, en el siglo XIII, la iglesia de San Sebastián, con una curiosa planta circular.

Exterior e interior del lienzo Sur.

 

 

¿Torre del Homenaje? Es difícil asegurarlo. Además la espesa vegetación hace impracticable muchas zonas del castillo.

Castillo montano de planta irregular adaptada al espacio disponible en la cima de la colina. Ésta, presenta laderas muy empinadas al Norte y Este, y escarpes verticales que caen hasta el río, al Oeste. Tan solo por su parte meridional es accesible y por aquí llega la carretera. Seguramente en el pasado también fue este el acceso. Por tanto, en este sector se debieron concentrar las defensas más fuertes, pero ahora nada queda. A pesar de su ruina y la espesa vegetación que impide su visita íntegra, nos atreveríamos a asegurar que cuenta con dos recintos parcialmente concéntricos que rodeaban un conjunto más sólido y fuerte, de planta rectangular, a modo de gran núcleo o último bastión ¿Posible Homenaje?. Los muros conservan todavía numerosas aspilleras y algunas aberturas cubiertas con arcos de medio punto. Aparecen restos de dos cubos cuadrangulares. La fábrica es la mampostería muy bien alineada, presentando sus caras rectas al exterior, trabada con mortero de cal. En torno a los siglos XIII-XIV se levantó la iglesia de San Sebastián en su interior, de estilo románico y con una curiosísima planta circular. No es difícil imaginar que para su construcción se debieron emplear materiales del castillo. Incluso en sus dos restauraciones recientes.

Estos muros pertenecen a la defensa central, posible Homenaje.

 

 

 

Vista septentrional.

Aparece documentado por primera vez en el año 955. En 1022, la condesa Ermesenda empeñó el castillo a Bernat Sendred. En 1208, Berenguer de Queralt vendió el castillo al rey Pedro I. Se cuentan como feudatarios del castillo los nombres de Calders, Talamanca, Santa Coloma y los Sallent, de los cuales ha perdurado el nombre. Perteneció a los obispos de Vich desde 1246 hasta 1812. Los restos actuales son del siglo XIV.