Muestra de cómo se encontraba el castillo en nuestra visita del año 2000 y cómo está en 2019.
En la parte baja del pueblo, cerca del río, en la calle Cisterna, antigua vía de entrada desde el puente.
Después de esta totalmente abandonado y en deplorable estado, comenzó una larga rehabilitación en el año 2004 que ha culminado ya con unos resultados más que satisfactorios.
Fachada trasera, con las dos torres árabes.
La puerta, antes y después, excesivamente modernizada.
Ventana geminada, antes y después de su restauración.
Castillo señorial de planta irregular. Es una edificación de gran volumen, formada por el añadido de diferentes cuerpos levantados en épocas diferentes y que ha sufrido procesos destructivos y constructivos muy importantes, lo que le confiere una gran diversidad y complejidad. Ocupa una superficie de 1.500 m2. Su aspecto actual más parece un palacio que un castillo. Se compone principalmente por dos cuerpos unidos por un patio interior con porches adosados (ahora desaparecidos), y un único acceso al conjunto situado en la parte del río. El cuerpo principal posee cuatro plantas comunicadas por una escalera principal y otra secundaria. Se cubre con techado de tejas árabes a dos aguas y otras cubiertas independientes que se adaptan a las diferentes estancias. En su fachada conserva una bella ventana geminada gótica del siglo XV. El cuerpo secundario, de forma longitudinal y adosado al edificio vecino, se extiende al otro lado del patio y dispone de dos plantas cubiertas con tejado a una sola vertiente. Su construcción es posterior y su estructura y elementos más sencillos y menos refinados. Fue convertido en almacén y fábrica, desfigurándolo.
Volumetría actual del castillo.
Cuerpo principal.
Sala gótica, con las paredes repletas de grafitos.
Magnífica bóveda de la planta baja del cuerpo principal. Ha sido reparada con gran acierto.
Sótano del cuerpo principal, con sensacionales bóvedas cruzadas, dedicado a exposiciones.
Puerta original del castillo. En la actualidad se ha colocado en el recibidor moderno.
Uno de los muchos grafitos que adornan las paredes, tanto de la sala gótica, como de las salas del museo.
El edificio actual se construyó sobre antiguos restos romanos. Fue uno de los “pueblos-castillo” de los árabes. Se han encontrado restos islámicos, con muros y torreones con fábrica de tapial de gran espesor, datados entre los siglos XI y XIII. Ribarroja no aparece en el Llibre del Repartiment. Hacia 1382 pertenecía a la familia Centelles, pasando luego a los Roxes y al marqués de Guadalest, siendo éste último quién le concedió carta-puebla en 1611. Perteneció también al marqués de Cáceres y al conde de Revillagigedo. El castillo fue destruído durante las Guerras de la Unión. En las Germanías se vió involucrado en violentos enfrentamientos con los agermanados de Liria y Benaguacil. En el siglo XVIII se reunían en este lugar los jurados para rendir cuentas al Señor de la Villa.
Interior de la torre Sur árabe.
Interior de la torre Norte árabe.
Luego fue destruido en el siglo XIII, pero se reconstruyó al modo de un castillo-palacio. Sobre los restos islámicos se añadió un nuevo cuerpo, donde se abren las ventanas geminadas, construyéndose una gran sala con arcos de sillería y añadiendo silos, lagares y bodegas en el patio exterior. Pero tras la expulsión de los moriscos y la decadencia consiguiente, se demolió la gran sala gótica y se sustituyó por un nuevo cuerpo de mampostería con dos pisos destinados a vivienda. La actual fachada recayente al patio es el resultado de dicha transformación. Fue poseído por las familias Fernández de Azagra, Riusech, Moraida y Ruiz de Lihori, siendo sus últimos señores los condes de Revillagigedo, desde 1746 hasta 1897. Fue residencia de los señores de la villa hasta 1811 cuando se abolieron los señoríos territoriales. Durante el siglo XX el castillo fue expoliado, quedando prácticamente los muros perimetrales. Fue adquirido por el ayuntamiento en el año 1989, comenzando su rehabilitación en 2004.
Fachada recayente a la calle de la Cisterna
Cuerpo principal visto desde el interior del patio, durante las obras de restauración.
El mismo cuerpo con la escalera moderna levantada sobre restos indeterminados previos.
Tras la rehabilitación, el conjunto ha quedado estructurado en tres cuerpos diferente recayentes al patio interior que es donde se encuentra la puerta de acceso. En el edificio principal se han reconstruído dos de las torres árabes y se muestran los cimientos de una tercera. Se ha recuperado la sala abovedada de la planta baja y las antiguas celdas. Se han recuperado las pinturas murales de la sala principal y las ventanas geminadas de la sala noble. Y se ha restaurado a su vez la capilla, la cocina, la escalera y las diversas puertas que se conservaron milagrosamente. También se ha hecho accesible la terraza de una de las torres desde la que se ofrece una magnífica vista.
En el cuerpo secundario, antes dedicado a establos y caballerizas, se han creado dos salas abiertas. En la planta baja se ha recuperado un silo de gran tamaño, restos de lagares y bodegas y un aljibe de piedra.
En el fondo del patio se ha construído un nuevo cuerpo que alberga los accesos, recepción, ascensor y demás elementos modernos. En todos los trabajos se han utilizado los mismos materiales y técnicas que los originales.
Cuerpo secundario visto desde el interior del patio del castillo.
Interior del cuerpo secundario, habilitado para exposiciones temporales.