
Imagen septentrional del castillo. A pesar de alzarse sobre una colina en medio de un pequeño valle, la altura de ésta, hace que sobresalga por encima del entorno confiriéndole un gran dominio visual.
En un antiguo despoblado, junto al arroyo del Vadillo, a unos cuatro kilómetros al Oeste del pueblo, sobre una colina y muy cercano a sus límites municipales. Se accede hasta él por un caminillo agrícola que nace junto al riachuelo en dirección Suroeste y que llega hasta las puertas de una finca privada, en cuyo interior se encuentra el castillo. El lugar aparece desolado y no reviste ninguna complicación ascender al castillo.
Muy mal estado. Quedan escasos restos, pero muy deteriorados, puesto que el mortero de unión se encuentra completamente descompuesto llevando a la disgregación de sus muros.
Esta imagen está tomada desde el Oeste, en el fondo del valle.


Restos de la torre Norte desde diferentes puntos. Se observa la disgregación de su fábrica.


Castillo montano con un solo recinto (o por lo menos solo quedan muros de uno) y planta irregular. Está rodeado por fuertes pendientes, especialmente al Norte, en todos sus flancos, excepto al Este, lugar en que aparece un pequeño collado que lo separa del resto de elevaciones. Este punto, por tanto, es el de más fácil acceso y donde debieron concentrarse las principales defensas. Por ello, la torre del Homenaje está en este lugar. A su vez, al otro lado del collado, existen los basamentos de una pequeña torre cuadrada y de un gran edificio de curiosa construcción que pudieron funcionar como defensas avanzadas. Del castillo propiamente dicho quedan algunos lienzos de la cerca, restos de un cubo cuadrangular (5 x 6 m) al Norte y la torre del Homenaje, de grandes proporciones y planta cuadrada (9 m), al Este. En su interior se descubrió un hermoso tritón de alabastro montado en un delfín, posiblemente romano. También se descubrieron calaveras que contenían “danaces”, monedas que ponían en la boca de los difuntos para que pagaran a Carón el paso de la laguna Estigia.


Imagen occidental de la Torre del Homenaje. A la derecha aparece una grieta y numerosos restos caídos.
Esquina Suroeste, con un pequeño vano en su lado meridional.


Esquina Noreste.
Lado Este.



Interior de la torre. Contrariamente a su desastroso exterior, su interior se conserva en mejor estado. Ignoramos si el vano actual fue la puerta. Al traspasarlo se ve a la derecha una escalera y parte de las bóvedas del primer y segundo piso. Todo su exterior ha perdido el recubrimiento, quedando los mampuestos expuestos a la climatología y disgregándose el mortero de cohesión.

El castillo visto desde el Este. En primer término, asoma entre las hierbas, los restos del torreoncillo que debió defender el acceso por este lado.
Fueron soldados procedentes de la Gascuña de Francia los primeros en asentarse en 1243, cuando acompañaban a Alfonso VIII en la reconquista de Cuenca contra los musulmanes para proteger a su esposa, Leonor de Inglaterra. En el reino de don Pedro el Cruel en el año 1351 con las Cortes de Valladolid se anularon las Villas (Behetrías) quedando esta villa dependiente de la ciudad de Huete. En el año 1594 el Rey Felipe II la reintegro a su independencia, atendiendo este honor a su riqueza notable de aceite y de vino.


