Castillo de Pardos

Pardos es un pequeño pueblecillo abandonado situado unos tres kilómetros al Este de Abanto en línea recta, pero a más del doble por una pista forestal. Podemos acceder hasta Pardos desde Abanto, desde Acered y desde Cubel. Se encuentra en un lugar muy estratégico y pintoresco, en un lugar en que un barranco corta en dos la Sierra de Abanto formando un desfiladero y por el que pasaba un viejo camino medieval. Pero todo es ahora una ruina (noviembre de 2022), tanto el pueblo, como los torreones del castillo, y el abandono campa a sus anchas.

Sobre las dos crestas rocosas paralelas podemos observar las dos torres defensivas. Debajo, en el barranco, aparecen las casas ruinosas de Pardos.

Aunque es tomado por castillo y llamado así por todo el mundo, consta de dos torres independientes situadas sobres dos crestones rocosos paralelos, con una separación de 130 m entre ellas, al Oeste del caserío de Pardos.

La torre Sur es de mayores dimensiones que la Norte. Mantiene contacto óptico con el castillo de Cubel. Estuvo adosada a una ermita dedicada a Santa Catalina, donde probablemente funcionó como campanario, pero esta ermita está medio derrumbada y la torre ha vuelto a quedar exenta. Parece de planta cuadrada (5 m de lado) y de la torre original solo queda su base, de unos dos metros de altura, con muros de 1’5 m de grosor. A partir de esa altura fue recrecida con muros endebles, bien para ser utilizada como palomar o bien como campanario. Las primeras hiladas inferiores se componen de piedras ciclópeas, seguramente reutilizadas por los árabes de las ruinas previas celtíberas. El resto es mampostería. En su flanco Suroeste se abre un boquete a ras del suelo por el que se puede penetrar en ella. Su estado es pésimo, siendo la caída de mampuestos habitual por la disgregación del mortero.

 

 

 

En el flanco Sureste todavía queda adosado el arranque de un muro de la ermita.

 

 

 

En el flanco Noreste es donde mejor se aprecian los sillares ciclópeos de su base.

 

 

 

La torre Sur con las casas de Pardos a sus pies.

 

 

 

Diminuto agujero por el que se penetra en la torre.

La torre Norte está prácticamente desaparecida. Solo quedan sus cimientos, sobre los que se levantó un palomar que es confundido habitualmente con la torre. Se trata de una torre musulmana construída en el lugar en que existía una anterior fortificación celtíbera, quedando la torre rodeada por la muralla ciclópea y el foso excavado por los celtíberos. Su fábrica es la mampostería y también parece de planta cuadrada.

La muralla ciclópea presenta un tramo destacable de unos 20 metros de longitud, con sillares que pueden superar las 2 toneladas de peso, pero se pude apreciar su recorrido hacia el Sur para cerrar un recinto. La anchura media de la muralla es de unos 2 metros. La cara exterior está formada por grandes bloques de caliza y la zona interior por piedras de menor tamaño asentadas con barro. Los bloques están encarados hacia el foso con su cara más plana.

El foso presenta una anchura media de 9 metros, y con una profundidad difícil de predecir debido a su acolmatación.

El palomar se levantó sobre la base de la torre, cuyos cimientos se aprecian en diversos puntos.

 

 

 

La torre Norte dominaba el caserío abandonado de Pardos.

Dominio visual de la torre Norte.

 

 

 

Aspecto de los sillares ciclópeos.

Muralla ciclópea celtíbera, foso y posición de la torre.

La primera cita que conocemos sobre Pardos se remonta a la concesión por parte de Alfonso el Batallador del Fuero de Villa y Tierra de Calatayud de 1131. En 1182, el Papa Lucio III, ratificó el Fuero de Calatayud, citando a Pardos dentro de sus términos concedidos. En diciembre de 1219, Jimeno, abad de Piedra, permutó el castillo y villa de Villafeliche a Jaime I a cambio de las salinas de Monterde, Abanto y Pardos. En 1325, Jaime II ordenó al juez, alcalde y concejo de Nuévalos y a los concejos de Pardos, Monterde y Llumes, que defiendieran el monasterio de Piedra. El castillo aparece envuelto en la Guerra de los Dos Pedros. En 1363, Pedro IV el Ceremonioso, enterado de que el rey de Castilla estaba en la frontera, se dirigió al maestre de Calatrava para que protegiera entre otros lugares, el de Pardos. A pesar de ellos, tanto Pardos como el resto de castillos de la zona fueron tomados por el ejército de Castilla en 1363 y abandonados en 1366.