Castillo de Olvera

Sobre una impresionante peña de 643 m de altura, nido de águilas, en medio del casco urbano. Su vista está regulada turísticamente y acondicionado su recinto para los visitantes. Se accede desde la plaza, a través de una vivienda que fue adquirida por el ayuntamiento para facilitar su acceso, pues hasta ese momento era muy complicado ascender hasta él.

Fue restaurado entre los años 1974-1975 con acierto.

Como ya hemos indicado, sobre una peña vertical en medio del casco urbano, se alza el castillo.

La visita al castillo se inicia a través de una antigua vivienda

El ascenso hasta el castillo se realiza por una escalera en zig-zag.

Castillo roquero de planta irregular adaptada al espacio disponible entre las rocas. Consta de una gran torre del Homenaje al Sur y un solo recinto adosado a ella al Norte. Tiene una longitud de 55 m y una anchura máxima de 23, encerrando una superficie aproximada de 750 m2. No olvidemos que nuestras medidas son siempre aproximadas. La planta se orienta al Noreste-Suroeste. Su entrada se sitúa en su extremo meridional, protegida por las alturas del Homenaje y consta de doble recodo, a la que se llega por una empinada y estrecha escalera en zig-zag. En el pasado llegó a deteriorarse tanto que su acceso se convirtió en muy peligroso, pero durante su rehabilitación, el ayuntamiento compró una de las casas de su base para construir una entrada en condiciones. La puerta, de reducidas dimensiones, se cruza por un arco de medio punto que da a un pequeño patio batido desde arriba que da paso a otra puerta desalineada de la primera. Esta segunda puerta también consta de un arco de medio punto, pero está muy desgastado. El recinto del castillo, al borde de los escarpes, no es apto para personas con vértigo. Comienza y termina en el Homenaje y discurre, reforzada por entrantes y salientes que facilitan el tiro de flanqueo, como prolongación vertical de las rocas. Cuenta, además, con dos pequeños cubos cilíndricos, con aspecto de garitones, cubiertos por cupulillas hemisféricas con cuatro nervios en cruz, coronados por empinados chapiteles cubiertos de teja, y con saeteras de cruz y orbe.

Tiene dos aljibes. Uno en el patio de armas y otro, junto al Homenaje, de grandes dimensiones. El primero es de planta rectangular (5’5’ x 2 m) y se cubría con bóveda de medio cañón, ahora perdida, y conserva restos del enlucido impermeabilizante. El segundo, excavado en la roca, también es rectangular (5 x 3’5 m) y se le calcula una capacidad de 90 m3.

Toda la fábrica del castillo es de mampostería, con sillares en marcos de puertas y ventanas y aspilleras. Los materiales se extrajeron de una cantera situada en la misma base del peñón rocoso.

Escalera de acceso al castillo.

Primera puerta del castillo, defendida desde numerosos puntos.

 

 

 

Segunda puerta, desenfilada de la primera.

 

 

 

Recinto del castillo visto desde la torre del Homenaje.

 

 

 

Uno de los aljibes.

 

 

 

Al fondo, a 5 km, se puede distinguir el castillo de Pruna.

A los pies del castillo y en la misma roca, comienza la cerca urbana.

Frente Norte de la Torre del Homenaje. Aunque se le ha abierto una puerta moderna en la planta baja, la puerta original es esta, a la que se le ha construido una escalera de piedra para llegar a ella.

Torre del Homenaje. Gran torre de planta rectangular (10’5 x 5’5 m) con las esquinas redondeadas y situada en la cota más alta del castillo. En su interior existen dos cámaras cubiertas con bóveda de cañón. Los ángulos redondeados de la torre le imprimen un carácter peculiar, siendo propio del momento de la reforma nazarí, aunque su origen podría remontarse al siglo XII. Está construída en mampostería con hiladas trabada con argamasa de cal y arena. Actualmente tiene dos puertas. Una, moderna, en la fachada Este, abierta tan solo para permitir el paso a los visitantes. La puerta original se halla en el lienzo Norte, pero a 6 m de altura, comunicando directamente con el primer piso. Quedan restos de enlucido rosa y encofrado de cañas. El piso inferior estuvo dividido en dos habitaciones separadas por un muro de 0’50 m. Se llega a la planta superior por una escalera de doce escalones iluminada por una ventana. También estuvo dividida en dos habitaciones. Cuenta con chimenea que conecta directamente con la terraza a la que se accede mediante una estrecha escalera de caracol. Sus únicos vanos son algunas aspilleras dispersas en su paramento. En el momento de nuestra visita (octubre 2025), albergaba una exposición de obras de arte.

 

 

Planta baja. Queda el arranque del muro que dividía en dos la estancia.

 

 

 

Planta primera.

Frente occidental.

En su recinto se encontraron restos romanos. Y luego Olvera fue la islámica Wabra, al-Wabira o Uryawila. Fue conquistado el castillo en 1327, tras un duro asedio, durante la primera campaña militar del joven Alfonso XI. Y desde el principio quedó integrada en las posesiones de la familia Pérez de Guzmán. Desde entonces y hasta las campañas iniciadas en 1482 que culminarán con la toma de Zahara y Ronda, siglo y medio más tarde, Olvera será la ciudad principal avanzada cristiana en la frontera musulmana. Tras más de medio siglo en manos de los Guzmán pasó, en 1407 a los Stúñiga por matrimonio. A la muerte de don Pedro de Stúñiga en 1453, Olvera fue heredada por su hijo segundo, don Diego, conde de Miranda. Fue éste quién, en 1460, lo vendió a don Pedro Girón, maestre de Calatrava, por 1.700.000 maravedís. La última intervención directa en la frontera sucedió en 1482, cuando la villa resistió un fuerte asedio de los moros. Sus funciones en la frontera terminaron en 1485 con la conquista de toda la sierra por parte de Castilla.

Aljibe, con el hueco para el pozo.

Restos de pintura impermeabilizante.

Terraza de la torre.

Antes y después de su rehabilitación.