
Tosal Mollet desde el Oeste. A sus pies aparece el edificio blanco de la ermita de San Miguel.
En la cima del Tosal Mollet, de 704 m. de altura, a unos 6 kilómetros de la población. Para llegar existe un sendero que parte de un camino a espaldas de la ermita de San Miguel.
Muy mal estado. No obstante, todavía se aprecian los montones de piedras alineadas, restos de cimientos y bases de torres y muros.


Los vestigios ocupan una extensión de unos 500 m2 repartiéndose la zona de ocupación. En la parte Noreste aparecen las ruinas de la fortificación totalmente derrumbados, que parece de planta rectangular. A un nivel inferior, hacia el Suroeste, aparecen muros de edificios y viviendas, en muy mal estado, que pertenecían al poblado. Todos los restos que encontramos carecen de argamasa de unión. La zona de la cima forma una especie de meseta donde están esparcidos los restos, pero es muy dificultoso observarlos pues la vegetación es exuberante.
Estuvo ocupado desde el siglo V hasta principios del XII de forma constatada. Según Cavanilles, los moros lo abandonaron antes de la Reconquista. En 1997 los arqueólogos franceses André Bazzana y Pierre Guichard excavaron el asentamiento, siendo los mejores restos que se pueden observar hoy fruto de sus trabajos de desescombro.