Castillo de Malón

 

 

 

Colina donde estuvo el castillo.

Sobre una colina dominando el caserío y la muy cercana frontera navarra, a unos 430 m. de altura, en la margen derecha del río Queiles.

Muy mal estado. Prácticamente desaparecido. Se arrasaron sus restos para levantar el Museo del Agua.

Tuvo que ser un castillo importante al estar justo en la frontera ante las puertas de Navarra, como lo demuestra el castillo navarro que está justo en frente a dos kilómetros escasos, y que sí se ha conservado (Monteagudo). Tan solo quedan unos subterráneos con bóvedas de cañón y su escalera. De la planta y pisos superiores no queda vestigio alguno, pues se aplanó el recinto para construir el Museo. La estructura urbana se articulaba en torno al castillo, como se puede ver observando su callejero, configurando un recinto cerrado en las laderas de la colina. Contó con tres puertas: la de Navarra, en la c/Relojado, todavía en pie a comienzos del siglo XX; la de Tarazona; y debajo de la iglesia, la de Zaragoza.

Dada su situación tan fronteriza fue testigo de numerosas guerras, enfrentándose al próximo castillo navarro de Monteagudo. En 1137 García Ramírez de Navarra ocupó Malón. No se recuperó para los aragoneses hasta la muerte del rey en 1150. Fue propiedad real, aunque fue donado por Alfonso II de Aragón temporalmente a Fernán Ruiz de Azagra en 1190, a Gil de Vidaure (puesto por los unionistas) en 1288 y a Guillén de Puyó en 1290. Alfonso IV lo entregó en dote a María de Navarra al casarse con su hijo, el futuro Pedro IV, siendo entonces alcaide Pedro Laín en 1234. En 1276, Jaime I entregó el castillo a su hijo natural, Jaime de Jérica, y en 1281, a Pero Momes de Pueyo. Reinando Jaime II eran sus alcaides Egidio de Rada (1330) y Lope Sánchez de Luna (1315). En 1360, Pedro IV donó el castillo a Gonzalo González de Lucio. Pero hacia 1369 fue vendido a Fortún Pérez Calvillo, quién reconstruyó el castillo y comenzando un señorío que estableció el castillo de Malón como centro de sus posesiones. El último hecho de armas del que se tiene noticia aconteció en 1430 cuando el rebelde (se pasó a los castellanos) conde Fadrique de Luna lo conquistó y encerró allí a su mujer. Se dedicó a hacer la guerra al rey aragonés desde Malón. En 1430, Alfonso V donó a Martín de Torrellas el castillo, aunque un poco más tarde se lo restituyó a Juan Pérez Calvillo. Perteneció a esta familia hasta finales del siglo XV, cuando María Calvillo se casó con Juan Coloma, secretario de Fernando el Católico. Con los años, los Colomas prosperaron con señoríos en el Reino de Valencia, recibiendo el título de condes de Elda en 1577. En 1853 todavía estaba en pie, donde se constataba que tenía tres plantas, hasta que se derrumbó entre 1910-12, reutilizándose sus materiales por los vecinos en las casas del pueblo. La puerta de acceso hoy está en un corral. En 1989 se derrumbó parte del techo de los subterráneos haciendo impracticable su acceso.