Castillo de los Siete Condes

En una impresionante posición sobre el río Cuervo. Sobre un gigantesco peñasco a modo de península que avanza sobre las profundidades del río, entre águilas y buitres, y en medio de la naturaleza más recóndita. Está a unos 7 km. en línea recta del pueblo, pero por la pista forestal pueden rondar los 12. Recientemente ha sido habilitado un sendero con postes indicativos para llegar hasta él, cosa que antaño era bastante dificultoso sin contar con el asesoramiento de los lugareños, pues es lugar perdido en los montes de la sierra. También es posible llegar a él por un sendero que comienza en el Balneario de Solán de Cabras, tras arduo ascenso. El enclave del castillo es llamado de diferentes modos, pero todos los nombres están relacionados con su espeluznante posición: Puntal del Soto Negro, Salto del Moro o Atalaya del Diablo. El castillo también recibe variados y poéticos nombres como Locamala, Sicuendes o de las Veinte Damas.

Prácticamente desaparecido. Tan solo queda un lienzo, algunos montones de piedras derrumbados y algo de cerámica en superficie.

 

 

Montones de piedras pertenecientes a construcciones derrumbadas.

Lo que parece cierto, a la vista de los escasos muros, es que pertenece a un antiguo castro celtíbero, reutilizado en época romana como punto de vigilancia en el paso del río Cuervo por la hoz. El resto más importante es un grueso muro compuesto por sillares ciclópeos sin tallar que corta el istmo de la peña por su parte más estrecha aislándolo de sus posibles atacantes. Hay otra posible línea defensiva unas decenas de metros más atrás, pero está derrumbada. E incluso nos atreveríamos a asegurar que quedan restos de grandes torres, pues aunque esté todo derrumbado, la posición de las grandes piedras de modo circular, así parece darlo a entender. Todos los restos son de los llamados de piedra en seco, pues no hay rastro de mortero para trabarlos.

Puntal del Soto Negro.