
Sobre una cresta rocosa de la Sierra Vernisa, al Sur de la ciudad, con forma de una V muy abierta, en cuyo vértice se encuentra la Puerta Ferrisa, principal del castillo. Su acceso no reviste problema alguno, puesto que puede realizarse con vehículo hasta las cercanías de la entrada.
Se puede decir que se encuentra en buen estado general aunque haya sectores en ruinas y con síntomas de abandono evidente. Está habilitado para las visitas turísticas, hay salas para exposiciones, un recinto para conciertos y un restaurante. No obstante, en el Castillo Mayor hay muros perimetrales derrumbados y algunas zonas necesitadas de una actuación restauradora urgente.

El castillo visto desde el Noreste. A la izquierda el Castillo Menor y a la derecha, el Mayor. En el centro, en la parte más baja, se abre la puerta principal del castillo, llamada Puerta Ferrisa.

Puerta Ferrisa (puerta de hierro). Es la entrada principal al castillo. Situada al Norte y orientada hacia la ciudad. Se encuentra situada aproximadamente en el mismo lugar que la originaria, a pesar de las reformas realizadas a mediados del siglo pasado. Antiguamente la precedía otra puerta, la Puerta Forana, dinamitada por el ejército francés en su retirada tras la Guerra de la Independencia, en 1813. La actual es una restauración y en su origen tenia puente levadizo. La puerta está abierta en una torre de construcción moderna y podemos observar en su fachada los escudos de la ciudad de Játiva y las barras de la Corona de Aragón.

Acceso principal del castillo. En este lugar estuvo la primera puerta, la Puerta Forana, destruída por los franceses. Se encontraba unos metros por delante de la Puerta Ferrisa.
Castillo roquero de planta estrecha y alargada, orientado al Este-Oeste, con una longitud de 500 m. y una anchura máxima de 85, en el Castillo Mayor. El punto más estrecho se encuentra a la entrada de la puerta principal, que ronda unos escasos 20 metros. Su altura es variable debido a su disposición, pero se puede decir que el Castillo Menor, en la Peña Roja, al Este, está a 311 m. de altura y el Mayor, al Oeste, en la Peña de San Diego, a 348. Cuenta con una superficie aproximada de 2 Ha, repartidas entre el Castillo Menor 5.509 m2 y el Mayor 1’45 Ha. Aunque haya tenido un origen tan antiguo y haya sufrido destrucciones y reparaciones durante toda su historia, el estado en que hoy se encuentra es el que, más o menos, dejaron los musulmanes y las reformas de Pedro IV en el siglo XIV. La importancia del castillo de Játiva, radica en su situación estratégica, al estar en la zona de la Vía Augusta o Hercúlea, que desde Roma, por los Pirineos y bajando por la costa del Mediterráneo llegaba hasta Cádiz pasando por Cartagena. El castillo tenía por tanto la función de vigilancia y protección de la calzada romana. El castillo está estructurado en dos zonas, el llamado Castillo Menor o Viejo (Castell Vell) y el Castillo Mayor o Nuevo (Castell Nou). Mientras el primero, prerromano, es íbero o cartaginés, el segundo es de fundación latina. La obra que predomina actualmente en ambos es árabe y cristiana, sobre la antigua cimentación prerromana y romana. Las torres y muros son de traza árabe, mientras que las edificaciones son de época cristiana principalmente y están construidas en piedra de sillería. Están fechadas entre los siglos XIV y XV mientras que el Palacio del Duque de Calabria es del siglo XVI.
Entrando por la puerta principal, accedemos a la plaza de armas, donde encontramos unos edificios de factura neogótica (principios del siglo XX) bastante desafortunados con el conjunto del castillo, y donde se encuentran los servicios de administración del castillo y el restaurante. Es el patio central del castillo, desde donde se accede al Castillo Menor a la izquierda y al Castillo Mayor a la derecha.

Aunque se indica en algunas fuentes que tuvo cuatro puertas, en la actualidad solo existen tres, la Puerta Ferrisa, antes comentada, la Puerta de los Socorros y la Puerta del Malanyat.
–Puerta de los Socorros. Situada al Sur, hacia el valle de Bixquert, por empinadísima cuesta. Actualmente está medio oculta por edificaciones modernas, pero tuvo gran importancia histórica, pues aquí se vivieron los episodios más sangrientos de las revueltas de las Germanías con la muerte el 14 de julio de 1521 por parte de los agermanados de don Luis Crespí de Valldaura, señor de Sumacárcel y de Alcudia, famoso noble valenciano.
–Puerta del Malanyat: También llamada de la Dehesa. Está situada al Noroeste del Castillo Mayor y por ella se salía a la zona donde se dejaba pastar al ganado que abastecía a los soldados del castillo. Allí se encuentran los cuatro aljibes datados de época romana, pero con bóvedas góticas.

Castillo Menor. Es la parte más antigua del castillo, ibérica y romana, asentada sobre la escarpada pared de la Peña Roja. Orientado hacia levante, presenta una preciosa panorámica del valle de Bixquert. El recorrido por el Castillo Menor nos evocará leyendas relacionadas con la princesa íbera Himilce, esposa de Aníbal, y la guerra que éste libró contra Roma. Se dice que Himilce tuvo aquí un hijo del general cartaginés, en el 218 a.C. Desde su estratégica posición se podía controlar la Vía Augusta, por lo que fue testimonio de las campañas de Aníbal, y de los romanos Escipión y Sertorio.

El Castillo Menor, desde el Oeste.


Puerta de Aníbal o primera puerta. Puerta ojival gótica con sillares dovelados del siglo XV. Evidentemente no es la original romana, sino una reproducción. Según el poeta latino Silio Itálico, Aníbal preparó en Jàtiva el sitio a la ciudad romana de Sagunto. Cuenta la leyenda que por esta puerta entró al castillo el general cartaginés, y años después su enemigo Publio Cornelio Escipión, durante la segunda guerra púnica (218-219 a.C.). En las cercanías de esta puerta encontramos una placa que nos recuerda los orígenes y vicisitudes del castillo.

Torre Cuadrada. A la derecha tras cruzar la puerta, en el ángulo de la muralla se encuentra esta torre cuadrada, que sirve de mirador. Tiene una base de sillería romana, vestigio de la fortaleza originaria.



Segunda Puerta. Puerta en recodo abierta en una torre musulmana del siglo X. Se le dice gótica porque fue reparada en el siglo XV. Da paso al último recinto, de planta irregular y el más elevado del Castillo Menor. Posiblemente este recinto delimite el primitivo solar ibérico.

Balcón de Himilce. Dentro del último recinto, hacia el Oeste, podemos observar una torre donde encontramos un balcón, desde el cual se divisa una de las mejores vistas de todo el castillo. Este balcón es de factura moderna, y está abierto en una ventana de la torre de la Reina Himilce. Himilce era una mujer ibérica natural de Cástulo (Linares) en la provincia de Jaén, y esposa de Aníbal, que tuvo un hijo en éste castillo en el año 218 a.C., antes de la conquista de Sagunto, según el poeta latino Silio Itálico. Himilce significaba reina en lengua púnica.

Interior del recinto superior del Castillo Menor.


Letrinas
Zona oriental del interior del castillo.


Parte interna de la Torre del Esperó. Los muros que se hallan sobre las rocas son ibéricos.
Castillo Menor. Se observa la muralla que desciende para englobar la ciudad

En la parte más alta de este recinto, en el extremo Este, encontramos la Torre del Esperó, prácticamente inapreciable desde el interior del castillo. Fue llamada así en el siglo XV. Es una torre extrema del Castillo Menor, por su situación defensiva semejante a la espuela de una cabalgadura.

Extremo oriental del castillo. Aquí aparece la Torre del Esperó.

Interior de la Torre Cuadrada.

Muro meridional del Castillo Menor visto desde la rampa de ascenso.

Extremo oriental del castillo, en el que aparece una pequeña poterna, actualmente tapiada, que debió dar acceso a las torres avanzadas.

Puerta del Socorro. Se abre en el flanco Sur, hacia el valle de Bixquert.



Frente Sur del espacio central del castillo.

En dicho espacio central, a principios del siglo XX se levantó un conjunto de edificios residenciales en estilo neogótico, los cuales son utilizados para fines turísticos y de gestión de la fortaleza.



Frente Sur. Desde los edificios modernos hasta el Castillo Menor.
Frente Sur. Zona reconstruída después de unos derrumbes.


Frente Sur. El muro asciende desde la Puerta del Socorro mostrando su diversa fábrica.
Castillo Mayor. Encaramado en la cresta de la sierra Vernisa, a la derecha de la Plaza de Armas se alza el Castillo Mayor. De construcción posterior romana, es la parte más amplia y mejor conservada. De imponentes murallas, está orientado hacia poniente. El Castillo Mayor posee un muro flanqueado por torreones cúbicos de traza islámica que alternan con torres cuadradas de época cristiana, todo sobre base romana. Tras la conquista cristiana de Jaime I, se convirtió en la principal fortaleza de defensa en el camino entre Castilla y la capital del Reino de Valencia. En el Castillo Mayor encontraremos espacios y estancias que permiten recrear la vida cotidiana en la fortaleza. Puertas de entrada, torres de vigía, almacenamiento de agua para la guardia, capilla y celdas donde pasaron sus días algunos de los célebres prisioneros que albergó. Casi enfrente de la Puerta del Socorro, en uno de los muchos edificios de traza neogótica, encontramos la capilla moderna de San Jorge. Esta capilla se ha construido probablemente en el solar de la antigua capilla de Santa Ana, que existió durante los siglos XIV y XV, según un grabado de 1564, ya que cada castillo, el Menor y el Mayor tenían su propia capilla. En este lugar comenzaba el Castillo Mayor, ya que allí estaba situada la primera puerta, actualmente desaparecida.

Castillo Mayor.

Al fondo, Castillo Menor. Debajo se aprecian las almenas de los edificios neogóticos. Y en primer plano, la rampa que asciende hacia el Castillo Mayor, lugar donde estuvo la primera puerta, ahora desaparecida.
Subiendo por una amplia escalinata, hallaremos una zona ajardinada donde encontraremos tres cañones que aún quedan como recuerdo de la Guerra de Sucesión. Son tres cañones de bronce que ya son citados en inventarios del año 1580, pero los actuales fueron refundidos en 1690.



Torre Redonda (Torre Redona), por ser así como se le cita en las obras de reparación del siglo XV y XVI. En su interior alberga exposiciones temporales.

Uno de los lienzos meridionales, con adarve, aspilleras y garitón.


Uno de los aljibes. Detrás se ven los muros del último recinto.


Segunda puerta del Castillo Mayor. También desaparecida. Aquí se conservan restos del «opus spicatum», pavimento en forma de espiga de época romana. Esta puerta era de codo, protegida por torres, y a su lado había dependencias para los soldados. También encontraremos un horno musulmán, situado al final del muro de la segunda puerta. Este horno moruno era utilizado por los guardias del castillo, que allí tenían sus habitaciones. Este horno ya aparece citado en las obras de reparación de 1461 y de 1580.

Pavimento original. Está formado por ladrillos colocados en espiga.

Exterior e interior de la Puerta del Malanyat o de la Dehesa

Lienzos septentrionales.


Enfrente de la segunda puerta, pero en el interior, encontramos uno de los numerosos aljibes distribuidos por todo el castillo y que permitía el abastecimiento de agua. Esta convertido hoy día en estanque y es de procedencia árabe.
Lienzo Sur, que asciende hacia el Castillo Mayor.


Sector Norte del Castillo Mayor.
Último reducto del Castillo Mayor, situado en el extremo Oeste de la fortaleza. Esta imagen está tomada desde el Este.


El mismo lugar que la fotografía anterior, pero visto desde el Sur.


Portal de Santa María. Es la tercera puerta del Castillo Mayor, llamada así por estar cerca de la capilla del mismo nombre. Tiene planta de codo como todas las puertas musulmanas, aunque está reconstruida en 1415. Su pavimento es de 1439 y la misma se abre sobre un torreón gótico.

Capilla de Santa María. Traspasada la puerta nos encontramos con la capilla, construida entre 1431 y 1434, por orden de la reina doña María, esposa de Alfonso V el Magnánimo. De estilo gótico, alberga los restos mortales de Jaime de Urgel, muerto en el castillo de Játiva en 1434, tras su encierro en el mismo, por no haber aceptado de buen grado la decisión del compromiso de Caspe. En el interior de esta capilla se encontraba un retablo pintado por Reixach y Dalmau, hoy desaparecido. Destaca su puerta gótica, y ya en su interior por las ménsulas blasonadas y ojivas de la bóveda que se apoyan sobre muros de dos metros de espesor. Es una capilla de una sola nave con bóveda de crucería, mostrando en los dinteles el escudo de la Corona de Aragón




Sepulcro de Jaime de Urgel.

Torre de San Jorge. Sobre todo este conjunto dominaba una gran torre romana de gran altura, cuyo arranque aún perdura entre la capilla y la prisión. Esta torre llamada de San Jorge, era una de las dos torres más altas del castillo, cuya parte baja se utilizaba también como prisión. La base como hemos dicho es romana pero fue reparada en 1433. Quedó destruida en el terremoto de 1748 y después de la ocupación francesa de 1811-1813. Hoy sólo queda la base de la torre, confundida con la muralla.
Un poco más arriba encontramos el primer patio de la celoquia. La celoquía citada en 1411 y 1545 era la parte más alta de los castillos musulmanes, y ésta tenía en principio dos patios, alrededor de los cuales estaban las diversas salas y cámaras: las salas moriscas y las salas del duque de Calabria. Este primer patio tenía el pavimento antiguo en forma de espiga, propio de las obras romanas (opus spicatum).


Aquí se encontraban las habitaciones del alcaide de las que sólo se conservan de ellas diversos arcos góticos del siglo XV, pero las últimas reparaciones se realizaron en 1580.

En este mismo lugar encontramos la prisión, formada por dos estancias una de las cuales era para el castigo. En la entrada en un cartel sobre la piedra figura la extensa relación de todos los prisioneros que ha albergado la cárcel, gente ilustre y famosa. En esta relación encontramos a: los infantes de la Cerda, Alfonso y Fernando (desde 1278 a 1286); el rey de Mallorca Jaime IV (1349); don Jaime, conde de Urgel (desde 1426 hasta su fallecimiento en este mismo castillo en 1433); Martín Díez de Aux, Justicia de Aragón en 1440; don Jaime de Aragón, barón de Arenós e hijo del duque de Gandía; Diego de Borja, canónigo de la Catedral de Valencia, acusado de asesinato por Felipe II y decapitado en el castillo en 1552. También fue preso el conde de Pallars, que combatió en nombre de los fueros catalanes a Juan II y al rey Fernando el Católico su hijo y heredero; Pedro Quixal, abad de Poblet, víctima de las intrigas de unos monjes a quienes pretendía reformar.
Sin embargo el preso más famoso de todos fue don Fernando de Aragón, duque de Calabria. Pariente de Fernando el Católico. El duque de Calabria conoció las prisiones de los castillos españoles desde los catorce años, habiendo estado encarcelado en La Mota (Medina del Campo). Tras una breve estancia en la corte de Fernando el Católico, casado por entonces en segundas nupcias con Germana de Foix, fue acusado por el monarca de alta traición y encerrado en el castillo de Atienza, hasta que en 1512 fue trasladado al de Játiva. Siempre se ha especulado con la verdadera razón del encarcelamiento del duque de Calabria: sus amoríos con Germana de Foix, la reciente esposa de Fernando el Católico, mujer de dieciocho años de edad y a la que el rey católico sobrepasaba en más de cuarenta. Terminado su encierro, el duque de Calabria casó con Germana de Foix, viuda de su segundo esposo el marqués de Branderburgo, convirtiéndose ambos en virreyes de Valencia, y fundando en la ciudad de Valencia el Monasterio de San Miguel de los Reyes, lugar donde están enterrados.
El más renombrado es Jaime de Urgel, quien se rebeló sin éxito tras ser desestimado como candidato a la Corona de Aragón en el Compromiso de Caspe, en 1412. Cuenta la leyenda que, tras pasar tanto tiempo en esta lúgubre celda, al salir a plena luz del día murió, tras quedarse ciego.
Interior de la celda.


En este lugar también encontraremos la cisterna o aljibe superior y la escalera de la Torre de la Campana, esta es la cisterna más alta del castillo. La escalera subía a la Sala Nueva del Duque de Calabria y a la torre, donde estaba la campana del castillo, que servía para las alarmas, los cambios de guardia e incluso las horas de las tandas de riego de los labradores de la huerta como consta en las obras de 1648.
Hasta 1748, año en que un terremoto destruyó la mayor parte de las estancias del castillo, existía la denominada «Sala del Duque». En esta sala es donde estuvo encerrado el Duque de Calabria por espacio de diez años. Los restos de esta sala se encuentran justo en la parte superior de la prisión y sólo se conserva una ventana renacentista de gran belleza. La sala es obra de 1512 a 1522.

Extremo Oeste del Castillo Mayor visto desde el interior de la celoquia. A la izquierda quedan los restos de la torre de la Fe, y a la derecha, los de la Torre Redonda.

Torre de la Fé. En lo más alto del Castillo Mayor encontramos esta torre, que formaba pareja con la de San Jorge, era la más alta del castillo y tenía al lado las salas moriscas y el segundo patio de la celoquía, donde fue degollado don Diego de Borja en 1562. Destruida totalmente en 1563 por una explosión de pólvora, y reconstruida en 1569, fue nuevamente destruida en su totalidad por el terremoto de 1748 y en 1813 por los franceses.

Extremo Oeste del castillo. Imagen tomada desde el exterior.
La otra torre es la torre redonda al lado de la de Santa Fé, desde ella, se divisa una magnifica panorámica de la ciudad. El actual mirador está sobre la torre redonda, que en 1406 se llamaba Torre del «Malmenat» o Maltratado.


Muro septentrional de la celoquia.
Jàtiva es una de las ciudades de mayor riqueza histórica de toda la Comunidad Valenciana, habiendo sido habitada ininterrumpidamente desde el Paleolítico. Fue asentamiento íbero, recibiendo el nombre de Saitabi y acuñando moneda. Posteriormente pasó a estar bajo dominación romana, denominándose Saetabis Augusta. Esta fortificación tiene sus orígenes en una construcción ibérica que aprovechaba una de las partes más altas de la montaña en este punto (Castillo Menor). Los romanos, posteriormente, al conquistarla, añadieran en el otro punto elevado que presentaba la montaña una segunda fortaleza que se comunicaba con la anterior (Castillo Mayor). En el siglo III antes de Cristo, fue conquistado por el cartaginés Aníbal, y más tarde por el romano Escipión, siendo la principal defensa de los romanos en la zona. También fue escenario de las luchas civiles romanas entre Escipión y Sertorio.
De época visigoda se tienen pocos datos del devenir del castillo, aunque se sabe que fue sede episcopal. Fue tomado a los visigodos por Abd-el-Aziz en el año 714. Durante la ocupación musulmana era conocida como Medina Xateba y fue cabeza de una kora o distrito que se extendía desde el río Júcar hasta el puerto de Biar. Esta importante plaza fuerte, con su castillo y su muralla (que debía coincidir con el recinto superior actual) resistió, bajo el mando de su gobernador Ibn Mahqur, el asedio de las tropas de Al-Qádir, que se había retirado de Toledo ante el empuje de las tropas de Alfonso VI. Después pasó a depender del califato de Córdoba, y más tarde pasó a ser reino independiente para pertenecer con posterioridad a las taifas de Denia, Valencia, Toledo o Murcia. En 1084 fue gobernador de Játiva y señor de su castillo, Aben Mahcor. En 1092 el castillo cayó en manos de los almorávides, tomado por Darv-ben-Aischa, general del emir Yusuf. En el 1099 El Cid fracasó ante sus muros sin poder tomarlo. En 1144 fue conquistado el castillo por Merwan. En 1171 los almohades se hicieron con su control. Al año siguiente fue sitiado sin éxito por Alfonso VIII de Castilla.
Capilla de San Jorge. Se levantó a principios del siglo XX sobre el solar de la antigua capilla de Santa Ana, del siglo XIV. Cada castillo, Mayor y Menor, tenía su propia capilla.

Jaime I, en mayo de 1239, puso sitio a la ciudad de Játiva por primera vez y en junio de 1240 por segunda vez. En el verano de 1241 por tercera vez. Otro en 1244 y el definitivo de 1248. En 1248 después de la conquista de Valencia (1238), el rey don Jaime I el Conquistador, tomó el castillo un 22 de mayo, después de cinco meses de asedio. No obstante sólo le fue entregado el Castillo Menor, no siendo hasta 1246 (dos años después) cuando le fue entregado el Castillo Mayor y por tanto la totalidad del castillo. Jaime I nombró primer alcaide del Castillo Menor a Ximén de Toviá. Además le concedió dilatado término y jurisdicción sobre 96 importantes pueblos, que sumaban un tercio del naciente reino. Y su importancia creció después al absorber al ducado de Gandía, al marquesado de Denia y los condados de Oliva, Albaida y Cocentaina, sumando entre todos 285 pueblos. En 1252 Jaime I volvió a Játiva de paso para la conquista del castillo de Biar, que rindió tras un sitio de cinco meses. Tras la sublevación de Al-Azraq, viejo y achacoso el viejo monarca y después de recibir varios reveses por parte de los moros, abdicó en su hijo Pedro, quién consumó la victoria cristiana y pacificó la región.
En la Guerra de la Unión, fue fiel al rey don Pedro, luchando heróicamente contra los sublevados, apoyados por Castilla, que no pudieron asaltarlo por la defensa de su gobernador Gilabert de Centelles. Por esa razón en el año 1347 Pedro IV el Ceremonioso le concedió el título de Ciudad. Tampoco pudieron tomarlo los castellanos en su guerra contra Aragón durante la Guerra de los Dos Pedros. En el siglo XVI, Játiva se ve inmersa en la revuelta de las Germanías (1519), siendo protagonista de algunos episodios notables como la aparición en escena de un personaje misterioso conocido como «L’Encobert» (El Encubierto) y que se erigió en jefe de los agermanados, o el ofrecimiento de la Corona de España al Duque de Calabria, (prisionero en el castillo y primo del emperador Carlos I), por parte de los agermanados, y que este rechazó, comprometiéndose a mediar entre estos y el emperador, lo que condujo a que en diciembre de 1522, el castillo se rindiera a las fuerzas imperiales. Este servicio a la postre sería decisivo para que el duque de Calabria pudiera recuperar la libertad perdida. El conde de Mélito, virrey de Valencia, ante el acoso de los agermanados tuvo que ir a Játiva en 1520. Ante la gravedad de la situación subió con su esposa e hijos al castillo. Pero ante el peligro inminente y el lamentable estado del castillo desguarnecido por la desidia de su alcaide real Baltasar Mercader, barón de Cheste, huyó a Denia el 24 de julio, saliendo por la puerta del Valle de Bixquert (Puerta del Socorro). Otro suceso famoso acaecido en el castillo durante las Germanías fue la muerte de Crespí de Valldaura el 14 de julio de 1521. Los agermanados pusieron sitio a la fortaleza, por lo que el virrey mandó en defensa del castillo a Guillem Crespí de Valldaura con 32 caballeros, los cuales, mediante una estratagema, consiguieron entrar en el castillo a través del Portillo del Socorro. Tras tres días de furioso asedio, Vicente Peris, caudillo de los agermanados, rindió el castillo con una capitulación honrosa a base de respetar la vida de la guarnición. Pero los impacientes asaltaron la fortaleza degollando a algunos soldados y acabando con la vida de Crespí de Valldaura y otros caballeros cuando huían hacia Bixquert. El virrey envió a su hermano, el marqués de Cenete, para batir el castillo, pero fue hecho prisionero y encerrado en el sótano de la Torre de San Jorge. Aunque debido a presiones del arzobispo, gremios y autoridades, Vicente Peris lo liberó a los 24 días de encierro por el Portillo del Socorro. En 1522 regresó el emperador a España y enterado de la situación envió tropas de artillería para reconquistar el castillo. El alcaide Baltasar Mercader fue sustituído por Luís Carroz, quién acabó con la conspiración haciendo descuartizar a los setabenses rebeldes.

Grabado de Játiva realizado por Anton Van den Wyngaerde en 1563.
Durante la Guerra de Sucesión, en diciembre de 1705, el castillo fue fortificado por el general austracista Juan Bautista Basset, que reconstruyó murallas y torres. Los partidarios del Archiduque de Austria y Felipe V de Borbón se enfrentaron en la batalla de Almansa (1707) provincia de Albacete, que acabó con la derrota total de las tropas del Archiduque. A continuación las tropas borbónicas, al mando del general francés D’Asfelt marcharon hacia Játiva, con lo que la ciudad fue saqueada, quemada y destruida, un 6 de junio de 1707. Fue tal la venganza que hasta la ciudad fue obligada a cambiar de nombre llamándose a partir de ese momento Colonia Nueva de San Felipe. No fue hasta las cortes de Cádiz cuando la ciudad volvió a recuperar su nombre actual. La decadencia del Castillo de Játiva llegó con la guerra de Sucesión, ya que durante este conflicto se utilizó artillería pesada capaz de echar a perder en poco tiempo las anticuadas murallas que defendían la ciudad. Consciente de eso, el general de las tropas austracistas de Valencia, Basset, en su carácter de ingeniero y artillero, reforzó todas las defensas de Játiva y especialmente el castillo. De hecho aún se conserva, muy arruinada, una torre en el castillo conocida como «Garita Basset». Su esfuerzo le sirvió por salir con éxito de un primer asedio a Játiva en mayo de 1706 conducido por el conde de las Torres de Alcorrín, pero al año siguiente, ya sin Basset y ante una artillería más pesada, las murallas de la ciudad fueron asaltadas en dos puntos y el castillo sufrió muchos daños. Pese a ello, las tropas de Asfeld, que provenían de la victoria en la batalla de Almansa no pudieran llegar hasta el castillo a causa de su carácter elevado y se dedicaran a bombardearlo. Después de aproximadamente un mes de asedio, el castillo se rindió luego de que la guarnición mayoritariamente inglesa, en oposición a las intenciones de catalanes y maulets, pactó con el ejército francés la salida el 12 de junio de 1707. Desde entonces, los setabenses, consideraron a Felipe V de Borbón como un enemigo natural, y ya en época reciente, un cuadro del citado rey que se encuentra en el Museo del Almudín, fue colocado cabeza abajo en señal de protesta, cuadro que a día de hoy continua cabeza abajo, sin que exista intención de volverlo a su posición original, debido a las tropelías cometidas durante la Guerra de Sucesión a la ciudad de Játiva.
En 1709 Felipe V ordenó reconstruir la ciudad. Pero la obra destructora la completó el terremoto del 23 de marzo de 1748, que derribó con estrépito torres y muros del castillo que había agrietado la artillería borbónica. Se derrumbó la Torre del Homenaje y la sala del Duque de Calabria. Durante la Guerra de la Independencia fue conquistada Játiva después de cruentos combates por las fuerzas francesas del mariscal Suchet. Al retirarse los franceses dinamitaron algunas partes del castillo. Játiva fue capital de provincia durante el trienio liberal (1820-1823). En el año 1836 volvió a sufrir los efectos de las Guerras Carlistas. De esa época datan importantes obras de restauración y remodelación de las murallas y del recinto superior del castillo.
Ya en el siglo XX, el castillo pasó a manos de Gregorio Molina, que había hecho fortuna con la fabricación de papel, industria tradicional en Játiva. El resultado fue la construcción del conjunto neogótico que ocupa la parte central del castillo. Más tarde, el castillo fue adquirido por la Caja de Ahorros de Valencia (luego Fundación Bancaja) y ésta se lo vendió a la Generalidad. Actualmente, el castillo es patrimonio de todos los valencianos, y es gestionado por el Ayuntamiento de Játiva.