Se encuentra en la parte Noreste del recinto amurallado de Granadilla, junto a la puerta principal de la cerca, a unos once kilómetros al Norte de la capital municipal, Zarza. Desde aquí parte una carretera comarcal que se dirige hasta Granadilla.
Su estado es impecable. Ha sido restaurado con gran acierto, a pesar de la cubierta metálica que se le ha añadido.
Interior de la puerta de la muralla.
Aspilleras de palo y orbe abiertas en el muro de la cerca.
Puerta de acceso al castillo propiamente dicho.
La estructura del castillo es bastante simple, está formado por una torre y media cerca, pues solo cuenta con ella en la parte intramuros. Llama la atención su esbeltez, la perfecta simetría de formas y la fábrica de sillería tan cuidada con la que se construyó. La torre tiene una estructura compleja y proporcionada. Es un cuadrado al que se adosa un cuerpo semicilíndrico en cada uno de sus frentes. De esta forma resulta que su planta es “polilobulada”, es decir, tiene cuatro lóbulos y cuatro salientes en esquina de su planta cuadrangular. Tiene una muralla en la parte interior del castillo, cosa que ha extrañado a historiadores y estrategas militares, ya que donde hacía más falta para una mejor defensa era en el exterior. Todo el perímetro superior está recorrido por un almenaje con merlones apuntados rematados por pequeñas bolas y con troneras en el antepecho. Todo lo anterior está estructuralmente soportado por ménsulas o voladizos que están unidas por dinteles que llevan labrados dos pequeños arcos formando una figura bilobulada entre dos ménsulas consecutivas.
Tiene dos pisos. En el primero una estancia central con bóveda de cañón y cámaras laterales correspondientes a los adosados semicirculares, con bóvedas esféricas. Una escalera en una de las torres sale al exterior de la parte alta en la que destaca la puerta de medio punto en otro de los semicírculos con las dovelas rebajadas para encajar la madera ya desaparecida. El segundo piso del cuerpo central está descubierto y aún se pueden ver los arranques de la cubierta abovedada (antes de restauración). En el centro del castillo se levanta un cuerpo retranqueado a modo de caballero. Destacan las magníficas cubiertas del interior y algunas ventanas. Los vanos se limitan a dos ventanas con arco escarzano en cada semicírculo y varias saeteras desperdigadas. La puerta es un arco de medio punto al exterior y escarzano al interior, con un tramo abovedado intermedio. En la parte inferior se encuentra un aljibe.
Otro aspecto del castillo y su muralla, fuertemente aspillerada.
Aspecto del salón ubicado en la planta baja de la torre.
Forjado moderno de hormigón que separa la primera planta. Sustituyó al original de madera que se derrumbó. Todavía se aprecian los mechinales en que apoyaban las vigas maestras.
Ventana festejadora situada en una de las medias torres semicirculares. Existe una ventana de este tipo en cada una de estas torres.
Salón de la primera planta.
Magnífica bóveda de sillería que sustenta la segunda planta.
Salida de la escalera de caracol (izquierda) y entrada a la sala del segundo piso (derecha).
Ventanas festejadoras. En algunas partes del castillo, los duros sillares de granito han sufrido una fuerte erosión, como se aprecia en la imagen de la izquierda.
Escalera de caracol por la que se asciende hasta la terraza superior.
Fue mandado construir por García Álvarez de Toledo y Carrillo de Toledo, duque de Alba, entre 1473 y 1478. Sus artífices fueron Juan Carrera y Tomás Bretón. Otros autores dicen que fue Juan Salado el autor. Fue vendido en 1893 a Bartolomé Chamorro y Clemente. La Confederación Hidrográfica del Tajo pagó 800.000 pesetas a sus descendientes por la expropiación. Durante el siglo XX estaba abandonado. Sus estancias estaban muy deterioradas y no se podía acceder a ellas. La rehabilitación y recuperación de Granadilla comenzó a partir del año 1980, en que se encargó el Proyecto de Restauración a los arquitectos Jacinto Pico, Juan Antonio Espejel y a Eduardo Navarro, por el cual fue restaurado urgentemente el castillo debido a su lamentable estado de deterioro a causa de las lluvias.
Terraza de una de las torres semicirculares.
Algunas de las almenas fueron reconstruídas, como se observa aquí en el diferente color de los sillares.
Segunda y última planta.
Vista del castillo desde el Este.
Imagen antigua del castillo. Le faltan las almenas y la cubierta metálica moderna.
Cubierta moderna de bardos cerámicos sustentada con vigas metálicas.
Al carecer de cubierta de protección durante el siglo pasado, los sillares interiores de granito comenzaron a disgregarse peligrosamente, fenómeno que hoy día puede aún observarse al pasar los dedos por ellos.