Morreta de Gilibert, desde el Oeste. Se observa la casa en ruinas y la fuente. En esa ladera debió estar la puebla a juzgar por la cantidad de fragmentos de cerámica existentes.
A unos 3’5 kilómetros al Sur del pueblo, sobre una colina llamada Morreta de Gilibert, de 864 m. de altura. Se puede llegar hasta él por el llamado Camino de los Molinos, hasta llegar a un cruce en que, a la derecha, se ve la pista entrar entre dos colinas. La colina de la izquierda, cubierta de pinos, es donde se encuentran sus restos. Es lugar muy estratégico pues mantiene contacto visual con el castillo de Haro y con el de Alconchel. Es conocido también como Giliberte o Geliberte.
Desaparecido. Quedan simples vestigios pero los suficientes para asegurar que estuvo en dicha colina.
Morreta de Gilibert, desde el Este. Se aprecia parte del llamado Camino de los Molinos.
Se dice en documentos antiguos que tenía tres recintos, que contó con una iglesia en el lugar y una fuente, por lo que debió ser un lugar de gran importancia. Lamentablemente, aún no se han efectuado excavaciones arqueológicas en el lugar, ni se ha hecho un estudio exhaustivo de la zona para tener un conocimiento más exacto de lo que en su día fue Gilibert.
Tras explorar la zona, estas son nuestras conclusiones. Castillo montano con planta alargada, orientada al igual que la colina, de Noroeste al Sureste. En sus dos extremos quedan sendos montones de piedras y escombros que bien pudieran corresponder a dos torres. Además en su límite Sureste aparecen las rocas talladas de forma paralela formando un claro foso, prácticamente acolmatado hoy en día. Y abundante cerámica en superficie se puede recoger, tanto en su recinto como en la ladera occidental, donde debió estar la puebla. No se pueden apreciar restos de recintos. A sus pies, en una pequeña vaguada al Oeste, quedan las ruinas de unas casillas, un chozo de pastores del siglo XIX que no sabemos por qué, sale en todos los documentos referentes a este castillo y una fuente (la célebre fuente ya nombrada hace muchos siglos).
En este lugar se han recogido restos ibéricos y romanos. Hoy se exhiben en el Museo Arqueológico de Cuenca algunos objetos encontrados en Gilibert, entre ellos los restos de una columna romana. Especial significación tuvo el hallazgo de un cadáver acompañado de un ajuar, que, por las características de éste, es datable en la época visigoda, allá por el siglo V. Está documentado desde la antigüedad, pues se sabe que en él nació el Condestable de Castilla, don Miguel Lucas de Iranzo, asesinado por los judíos mientras oía misa en una iglesia de Jaén en 1473.
Aspecto de las rocas recortadas formando un foso.