El castillo se levanta en las estribaciones de la sierra de Almenara, sobre un monte de 687 m de altura, protegiendo un histórico nacimiento de agua que se encuentra a sus pies. Domina desde el Norte la Casa y Ermita de Chuecos y una gran balsa de riego. Muy cercano al antiguo camino de Águilas a Lorca, y al castillo de Tébar, aunque no son visibles entre ellos al interponerse la gran mole del Talayón en medio. Su acceso en vehículo es posible hasta la balsa, pero está en el interior de una gran finca y cierran los caminos con cadenas, por lo que es recomendable hacerlo andando. El ascenso hasta la roca del castillo, en cambio, es muy dificultoso y peligroso. Mejor hacerlo por la vertiente occidental. El vocablo “chuecos” proviene de “sawik”, de reminiscencia árabe, que es significativo de terreno escabroso y cubierto de espinos.
Se encuentra en muy mal estado. Presenta desprendimientos de materiales ladera abajo en varios puntos.

Frente oriental. Presenta laderas de gran verticalidad.
Flanco meridional de la torre.


Frente oriental.
Interior de la torre. Hay muros que separan estancias y la base de una escalera.

Castillo roquero de planta irregular adaptada al escaso espacio disponible en lo alto de una afilada cresta rocosa, con un solo recinto. Un auténtico nido de águilas. El castillo consta de una gran torre al Norte y de un pequeño recinto muy estrecho y alargado al Sur. Cuenta con una longitud aproximada de 70 m y una anchura que, en la mayor parte del recinto meridional, roza los cuatro metros tan solo. Cubre una superficie de 415 m2.

El edificio que parece una torre es de planta rectangular (16 x 8 m), grandes dimensiones. Está rodeada por tres de sus lados por paredes de roca completamente verticales. Como hemos señalado antes, su posición es tremendamente espectacular, nido de águilas. Su único acceso posible debió ser por su lienzo Sur, desde dentro del castillo. En su interior aparecen, muy deteriorados, algunos muros de estancias y la base de una sorprendente escalera. Algún vano actual pudo ser una aspillera, pero su estado es muy malo y difícil de asegurar. Está construída con la técnica del tapial.
El recinto meridional es sumamente estrecho y su visita muy peligrosa, puesto que cualquier tropezón te lleva unos cientos de metros peñas abajo. Aparece en sorprendente buen estado un aljibe (12’5 x 5 m) con parte de su bóveda conservada. Toda la construcción fue levantada mediante la técnica del tapial, utilizando argamasa de cal mezclada con piedra menuda. Hay dos puntos en que la sustentación de los muros ha cedido y ha caído parte del castillo al fondo del valle. No sería de extrañar que corriera el mismo camino todo el castillo al completo.

Recinto del castillo visto desde la torre.

Imágenes del aljibe desde sus dos extremos.

Entrada actual y único punto por donde puede accederse al castillo, por lo que aquí debió estar la entrada original.


Lienzos occidentales.
El origen del castillo de Chuecos se podría situar en una fecha que podría estar en torno al siglo XI o XII. Así pudo nacer Chuecos, como hisn o castillo rural vinculado a una serie de establecimientos humanos dedicados a tareas agropecuarias gracias al manantial existente junto a él. Chuecos tendría un importante papel durante la ocupación aragonesa del reino de Murcia (1396-1405). De su control dependía que llegaran los bastimentos desembarcados en Águilas al sitio de Lorca, establecido por las tropas de Jaime II frente a la resistencia castellana. Es posible que durante los siglos XIV y XV la ocupación de esta fortaleza fuese intermitente, dependiendo de sus necesidades bélicas totalmente de la fortaleza de Lorca. Tuvo actividad militar hasta el siglo XVIII, cuando la construcción del fuerte de Águilas y la repoblación de la costa hizo innecesario su mantenimiento.
De él tomaron el primer apellido Domingo y Ramón de Chuecos, hombres que siguieron a Alfonso X en la conquista de Lorca, los más antiguos propietarios de ésta finca, que les correspondió el reparto de tierras ocupadas a los musulmanes.

A los pies del castillo se alza el gran edificio señorial de la Casa de Chuecos, centro neurálgico de una gran finca