Castillo de Chodos

Torre de tapial situada al borde del cortado rocoso.

En lo alto de la peña sobre la que se asienta la población, a 1.063 m. de altura, al borde de un precipicio de más de 70 metros de altura. Se llega hasta sus restos caminando entre las callejuelas.

Muy mal estado. Los restos son muy escasos y dispersos.

La torre y el precipicio vistos desde el Noroeste.

La torre circular, embutida entre viviendas y transformada en una de ellas.

El peñón rocoso de Chodos visto desde el Sureste.

Castillo roquero de pequeñas dimensiones, con planta irregular adaptada al terreno disponible. En toda la zona Norte y Este, la muralla discurría al borde del precipicio, mientras que al Sur y Oeste iba por la ladera, lugar en que debió ser más potente, pues es lugar de más fácil ataque. En la actualidad el castillo se reduce a un torreón de planta cuadrada, de tapial, a una torre redonda y a una torre-portal, llamada El Callís, que constituye el sistema de acceso al recinto amurallado. El Callís se halla en un extremo de la plaza donde se halla en templo parroquial. Se trata de una torre de mampostería, cuya base está formada por un pasadizo con tres arcadas de arcos apuntados de sillería, dos de las cuales dan paso a la ciudad y la tercera al interior del castillo. Fue la principal puerta de acceso al recinto amurallado conservándose todavía las gorroneras que sujetaban la puerta. También conserva varias aspilleras en sus paredes. Se encuentra en buen estado de conservación y aún en perfecto uso.

El Callís y sus tres entradas.

Origen musulmán. Pertenecía a la jurisdicción del castillo del Alcalatén (situado en Alcora), cuyo origen surge posiblemente en la etapa árabe, al menos desde el siglo XI, pero que adquiere verdadera importancia a partir de la conquista cristiana de Jaime I, en 1233, quien lo donó el mismo año a Ximén de Urrea, constituyendo el señorío de Alcalatén. Formaban parte del mismo los actuales términos municipales de Alcora, Costur, Figueroles, Lucena, Useras y Chodos, las actuales aldeas de Araya y la Foia, en Alcora: y los hoy despoblados de Benagualit y las Torreselles, en Lucena. El mismo señor, Ximén de Urrea,  otorgó a Chodos carta-puebla en 1254 a fuero de Aragón. Hay constancia, así mismo, de otros privilegios concedidos en 1283. El señorío de Alcalatén pasó posteriormente a los Condes de Aranda. Finalmente, por matrimonio, el señorío pasó a los duques de Híjar, que lo mantuvieron hasta 1818, siendo actualmente la heredera del título la Duquesa de Alba.