El pueblo se extiende en la vertiente Suroeste de una alargada colina. En la imagen derecha, la misma colina desde el Noreste.
Estuvo situado en la parte más alta de la colina donde se asienta el pueblo, pero está completamente desaparecido.
En época musulmana, Chella era una alquería que Jaime I donó a Pere Dovit, aunque más tarde se reintegró a la Corona. En 1341, el rey la cedió a Tomás de Ulmis, del que pasó en 1356 al conde de Denia, y después al ducado de Gandía. Durante las Germanías los moriscos de Chella fueron forzados a bautizarse y la parroquia de Bolbaite se desmembró de la de Chella. Con Carlos de Borja, volvió a manos de los duques de Gandía y condes de Oliva; y en 1609 Felipe III ordenó la expulsión de los moriscos y Chella quedó totalmente abandonada hasta 1611. Fue entonces cuando se otorgó la carta puebla por parte de Carlos de Borja y se instalaron nuevos pobladores. En la guerra de Sucesión Chella dejó de pertenecer a la gobernación de Játiva y pasará al corregimiento de Montesa con las vecinas localidades de Anna, Enguera y Estubeny. Todos estos pueblos estuvieron afectados por el terremoto de 23 de marzo de 1748, que destruyó el castillo y la iglesia vieja de Chella. La iglesia se reconstruyó en el lugar actual, pero el castillo fue demolido por completo.