Sobre un pequeño cerro en el centro de la actual población, en el extremo Noroeste de lo que hoy día es el Barrio de la Villa. En la Edad Media era conocido como “Lo castell de Capdet”. Para levantar el castillo se eligió, por razones indeterminadas todavía hoy, una pequeña zona elevada en la ladera meridional del Cerro de las Peñicas, el cual tenía como cualidades el estar defendido de forma natural por un rambla en su sector Norte y una ladera pronunciada en el sector oriental. Entre la rambla y el castillo se extendía una zona (actual Plaza Mayor), que era el cruce de caminos de Madrid, Valencia, Murcia y Alicante.
Ha sido restaurado en parte. Los lienzos Suroeste y Noroeste han quedado así en perfecto estado, pero el resto se mantiene todavía oculto por casas de una planta que se encuentran adosadas a sus muros, por lo que solo pueden verse las almenas sobresaliendo por encima de los tejados.
Lienzo Suroeste, perfectamente restaurado, y detalle de sus almenas.
Restos del aljibe, todavía sin restaurar en el momento de nuestra visita (2007).
Fortaleza de planta poligonal irregular, con almenas y muros de tapial almohade a los que se adosó un reforzamiento cristiano de mampostería. Ocupa una extensión de 1.800 m2. Conserva dos de sus cuatro torres originales. Estaban unidas entre sí por un paso de ronda o adarve. La entrada al castillo, hoy desmantelada, se situaría al Este (c/ del Castillo), junto al altar de Santa Catalina. Tendría forma de zig-zag y estaría defendida por una de las torres. Quizás por la importancia de dicho acceso, el castillo muy posiblemente tenga su acceso por dicho sector (hacia Villena), siendo el más arruinado al derrumbarse todo este flanco. El frente Este está ocupado por la iglesia, por lo que solo son apreciables los frentes Suroeste y Noroeste. Estos frentes, tras su restauración, muestran su coronamiento con almenas piramidales sobre un muro de mampostería. Todo su interior permanece relleno de escombros, en espera de nuevas excavaciones.
Sector Sureste del castillo, todavía sin reparar. Se observa el aljibe y los restos de una torre muy arruinada, así como múltiples restos indeterminados.
El castillo de Caudete no alcanzó las dimensiones ni la belleza de otros castillos cercanos, simplemente porque desde el siglo XIV perteneció a la Corona, bajo la protección directa del rey y, por su ubicación geográfica, con funciones militares en exclusiva. Su posición fronteriza y las continuas luchas entre Castilla y Aragón supusieron el refuerzo de los accesos, la ampliación del perímetro amurallado y la transformación de sus defensas ante la llegada de la artillería. A este momento se deben las obras de rechapado de sus muros, los refuerzos de los mismos mediante la creación de taludes y el realmenado del edificio y saeteras en su parte central para permitir el tiro con arco o ballesta.
Aspecto del castillo antes del comienzo de su restauración y del derribo de las viviendas adosadas.
Esquina Oeste de la fortaleza. Se aprecia con claridad, los lienzos de tapial sobre la mampostería, y el fuerte talud o escarpia.
La fortaleza original se levantó en el siglo XII, muy posiblemente en su segunda mitad, como consecuencia de la política que los almohades desarrollaron en un intento de frenar el avance de los cristianos. Sufrió más tarde las disputas fronterizas entre Aragón y Castilla, hasta que en 1360, los castellanos destruyeron el castillo. Pero los mismos castellanos lo reconstruyeron, aunque perdiendo las originales formas árabes, así como gran parte de su tamaño. En 1425 Alfonso V de Aragón lo convirtió en patrimonio real y en 1429 fue asediado por tropas castellanas. Esta guerra causó enormes daños al castillo, y otros enfrentamientos en el mismo siglo XV dejaron a la fortaleza en muy mal estado. El rey Felipe II en 1569 autorizó obras de refuerzo al quejarse su alcalde del mal estado del castillo. El castillo sirvió de residencia de los gobernantes del pueblo hasta el siglo XVI, cuando se abandonó. Quizás pocas décadas después pudo iniciarse la ocupación, y más tarde la construcción de casas que se apoyaban en las murallas, algunas de las cuales han pervivido hasta la actualidad. Tras su abandono se utilizó como cementerio y, después, como huerto. Todo el sector meridional quedó libre de construcciones al quedar incluído en un edificio de cierta envergadura, el cual construyó un huerto y jardín trasero. Todas estas construcciones terminaron por englobar en el centro de una manzana a la antigua fortificación. En el año 2000 comenzó su restauración, habiendo sido restauradas dos de sus murallas en torno a las cuales se han levantado unos jardines.
Restos de la torre Este, muy cercana a la iglesia, y posible Homenaje.
Las posibilidades que ofrecía la estructura geológica del cerro sobre el que se asienta el castillo, con materiales duros y blandos alternos, posibilitó que las casas adosadas a la muralla se ampliasen mediante cuevas artificiales, algunas de las cuales por su tamaño llegaron a ubicar en su interior prensas de aceite. De este modo el castillo quedó constreñido en tres cuartas partes de su perímetro por dichas edificaciones, incluso ocultándolo al ser muchas de ellas más altas que los propios muros del castillo.
Lienzo Norte.