Sobre una colina de 1.023 metros de altura situada al Norte del caserío, en cuya ladera septentrional se construyó el cementerio. Su acceso es muy sencillo entre las callejas del casco urbano.
Prácticamente desaparecido.
Esquina Noreste de la tapia del cementerio, único resto conservado del castillo y, como se aprecia, se encuentra muy alterado en su fábrica. Incluso se le ha adosado un recubrimiento de hormigón para reforzar su estabilidad que lo oculta en gran parte.
Castillo montano de planta irregular, aunque poco se puede decir con los escasos restos que quedan. Por los dos escalonamientos que han quedado en el monte, posiblemente tuviera dos recintos. Del castillo solo quedan dos muros de piedra en ángulo recto y ligeramente ataludados en la esquina Noreste, aprovechados para encerrar el cementerio.
Le concedieron Fuero en 1198 y no debió integrarse en la Comunidad de Teruel, vinculándose pronto a señoríos privados. En el siglo XIV debió ser el principal lugar de las posesiones de Lope Ruiz de Castelblanque, que se titulaba Señor de Cascante. Más tarde se integró en el extenso patrimonio de los Fernández de Heredia. Pudo ser la residencia señorial de esta familia, hasta que en el siglo XVII fue abandonado. Luego fue propiedad del Conde de Fuentes.