Imagen del monte donde se alzaba el desaparecido castillo y su disposición con respecto al pueblo.
Los restos del castillo se situaban en el cerro que domina al pueblo por la parte de atrás (Mola del Castell).
Desaparecido. Tras inspeccionar el cerro no hallamos ningún resto. Incluso la cerámica en superficie es bastante escasa.
Según la documentación antigua, se trataba de una fortificación de estructura simple, con torre central y muro sencillo alrededor, sin torres. Puesto avanzado de otras fortalezas más grandes. Gracias al cobijo que ofrecía dió origen a la localidad de Castell de Cabres. En 1989, durante una excavación, de la que no quedan vestigios, en la cima y laderas del castillo se recogieron algunos restos líticos, junto a fragmentos de cerámica prehistórica y medieval.
Otra imagen del cerro del castillo. Es posible que la línea de muralla siguiera el escalón rocoso natural.
Según cuenta una vieja leyenda, se le dio este nombre, porque hace muchos años, durante una guerra en la que los hombres peleaban fuera de la villa, sólo quedaron en ella los viejos, las mujeres y los niños. Un cierto día, al atardecer, un viejo que estaba de vigía en el castillo, vió que se acercaban al pueblo las tropas enemigas para saquearlo por la noche. Como no disponían de medios para defenderse, hicieron subir al castillo todas las cabras que había en el pueblo y les ataron una antorcha encendida a cada cuerno. El enemigo creyó que tantas luces en la oscuridad de la noche eran teas llevadas por soldados, por lo que, pensando que se trataba de una emboscada emprendió la retirada rápidamente. Con esta estrategia se ganó la batalla y se puso al pueblo el nombre de “Castell” por su castillo montano, y ” de Cabres” en homenaje a aquellas cabras que ahuyentaron al enemigo.