Sobre un cerro que domina el pueblo. Su acceso es sencillo puesto que existen rótulos indicativos desde la plaza.
Muy mal estado. Los escasos restos se encuentran muy maltrechos.
Recinto superior. En primer término, lo que queda de la torre del Homenaje. Detrás, la gran torre central.
Blasón de la Orden de Calatrava. Su deterioro es constante.
Fortaleza de tipo montano con planta irregular, de mediano tamaño y compuesto por tres recintos. Ocupa una superficie de 5.000 m2. El recinto inferior abarca parte del pueblo, que antiguamente encerraba la puebla. De él tan solo se conserva una de sus antiguas puertas, el llamado “Portal”, cerca de la iglesia.
El recinto intermedio conserva la mayor parte de torres y cortinas, apreciándose muros de origen islámico junto a gruesas cortinas de mampostería cristiana. Originalmente la puerta estuvo al Norte, donde aún queda el escudo de la orden de Calatrava labrado en un sillar, pero ahora el acceso moderno se encuentra en el lado contrario. Una vez dentro había un gran patio y al fondo una gran construcción sobre unas rocas, pero de esto nada queda. Un segundo patio, a un nivel ligeramente superior, albergaba caballerízas, herrerías, almacenes y la cisterna.
Se corona el conjunto por el último recinto, a modo de alcazarejo, situado en la mitad Este de la plataforma rocosa. Debió estar defendido por cuatro torres de gran tamaño, de las que tan solo una se puede observar claramente, puesto que las otras tres se han derrumbado, incluyendo la torre del Homenaje. En esta torre es donde hoy situamos la cueva oscura. Esta llamada cueva son unas dependencias subterráneas que se cubren con bóvedas de medio cañón, a las que se llega por un pasillo con techo plano en el que se han utilizado piedras de rodeno.
Su fábrica era la mampostería y sillares de refuerzo en los ángulos. Se conservan tres troneras para cañones. Nueve escaleras comunicaban el camino de ronda con los patios. Este camino bordeaba la muralla exterior, que era más alta y fortificada en la parte recayente al pueblo. El castillo en su época de esplendor tuvo sus puertas principales de madera recubierta con planchas de hierro.
Esta torre es la mejor conservada del recinto superior, pero a pesar de ello, su estado es deplorable. Se pueden apreciar algunos de los muros de este recinto.
Lienzo del recinto superior en el que se aprecia el tipo de aparejo.
Aljibe.
Una de las aspilleras para cañones.
Cámaras subterráneas de la torre del Homenaje. Esta torre se derrumbó, quedando como un gran montón de escombros. Tan solo en su parte Norte se puede apreciar alguno de sus lienzos.
Lienzo exterior Sur.
Frente de la torre central. Ha perdido su revestimiento de sillares.
Origen romano. Fue conquistado para Jaime I en 1228 por Pedro Fernández de Azagra, señor de Albarracín. En 1245 fue donado a la orden de Calatrava, con el título de baronía, a la que perteneció hasta el siglo XVI, en que se incorporó a la Corona. En 1276 recibió carta de población del comendador de Alcañiz, según el Fuero de Valencia. Fue cabeza de una “comanda”, con voto en las Cortes de Valencia. A la Orden de Calatrava se deben sus más importantes reformas. Aparece constancia documental de que en 1554 se contrató a los canteros Pedro de Cubas, Alonso de la Cuesta y Pedro de Ribas, para realizar reparaciones en el castillo. Los carlistas se hicieron fuertes en el castillo, y para conquistarlo se designó al general isabelino Aspiroz que, tras un asedio de cinco meses, lo tomó el 22 de mayo de 1840. El cañoneo isabelino arrasó con el castillo, quedando con el triste aspecto actual. La Dirección General de Patrimonio llevó a cabo, en 2006, una intervención de emergencia en una zona del castillo que había sufrido un desmoronamiento cayendo piedras sobre la zona habitada.
Lienzo Norte. Se halla caído en varias partes y su equilibrio es precario. Sobre él se alzaba la torre del Homenaje.
Lienzo que cayó en 2006 sobre la población. Ahora se ha reconstruído.