Castillo de Amasatrigo

 

 

Cerro del Castillo, desde el Este.

Sobre un elevado cerro cónico, romo y solitario, de 997 m. de altura, a unos 6 km. al Este de Carrascosa, muy cerca de la autovía de Cuenca A-40. Su dominio óptico del entorno es enorme. No existen accesos, pero tanto desde Olmedilla como desde Valparaíso de Abajo, siguiendo los caminos rurales, se puede acercar lo máximo posible con vehículo para luego continuar andando.

Desaparecido. Abunda la cerámica en superficie y algunos muros del convento, pero del castillo, nada.

 

 

Muros del convento.

Gran castillo montano de peliaguda historia pues fue tomado varias veces por moros y cristianos. Su planta debió ser más o menos circular como la llana meseta superior del cerro, con varios recintos murados escalonados como lo demuestran los escalones en las laderas del cerro. Se encuentran numerosos restos cerámicos y tejas en toda la zona, con algunas piedras caídas de su parte superior por las laderas. Hay agujeros realizados por “buscatesoros”.

A pesar de su ruina, aparece citado en numerosas fuentes antiguas, de ahí la importancia que debió tener. Luego, a partir del siglo XVII aparece como convento de monjas dependiente de los dominicos de Huete. De este convento quedan unos muros en la ladera Norte del cerro.

 

 

El cerro del castillo, desde Olmedilla, al Oeste.

Se cuenta una curiosa leyenda, quizá una fábula: “Poseído por los cristianos, los moros lo cercaron pero por ser tan fuerte, entendieron que no lo podrían rendir sino por hambre. Y así lo tuvieron cercado mucho tiempo. El capitán cristiano, a grandes voces, de manera que los moros pudieron oírle, dijo a una criada suya. Amasa ¿Qué haces que no amasas? Y ella dijo ¿Qué quieres que amase? Y él. Amasa trigo. Y los moros, entendiendo que tenían trigo que amasar, levantaron el cerco y se fueron. Pero al castillo le quedó el nombre de Amasatrigo.