El castillo visto desde el Oeste, desde el Cerro de San Cristóbal.
Situado en los confines del Reino de Valencia, en la frontera entre Aragón y Castilla, sobre un imponente peñón tajado rodeado de profundos precipicios, especialmente en la parte opuesta al pueblo que se desploma verticalmente sobre el barranco del Reguero desde alturas superiores a los 100 m. En la parte del pueblo la altura es superior a los 40, con una subida angosta y artificial. A sus pies, al Oeste, se sitúa la villa de Alpuente, en una garganta roquera, abierta a los vientos del Norte.
Muy mal estado. A pesar de su imagen imponente, está muy arruinado. Durante nuestra primera visita en el año 2007 no quedaban más que montones de escombros en su interior, mientras que los muros perimetrales sufrían desprendimientos constantes. Al poco tiempo, en los años 2009 y 2010 se intervino de urgencia en la zona de la entrada y en la celoquia. En nuestra última visita en 2021 hemos observado la reconstrucción de la entrada y la limpieza de aljibes, cámaras subterráneas y parte de la celoquia. Pero en cambio, los muros perimetrales han agravado su estado con desprendimientos continuados. Tanto es así que se ha prohibido circular por el sendero que rodea la roca del castillo ante el peligro que ello supone.
Torre de la Veleta o del Homenaje en 2007.
Gran castillo roquero de planta irregular, con superficie de forma alargada de Norte a Sur y relativamente llana. Tiene unos 180 m. de longitud por una anchura que oscila entre 50 y 18 m. con 7.400 m2 de superficie. La plataforma superior está acotada por los restos de murallas torreadas y por los escarpes, presentando amplias zonas libres de construcciones alrededor de un gran espacio central más elevado (celoquia o alcazarejo) donde estuvieron los edificios más destacados. Inexpugnable en todo su contorno, solo es accesible por un estrecho camino excavado en la roca en su flanco occidental. En el pasado había que atravesar tres puertas, hoy desaparecidas. La última con puente levadizo al tener que pasar de una roca a otra en el extremo Sur. Actualmente para poder cruzar el tajo existe una pasarela metálica. En este comentado extremo Sur, existe, como avanzadilla una gran roca donde va a parar el camino de acceso. Lo más significativo de este lugar son los restos de un torreón de planta cuadrangular (Torre de la Veleta) que hacía las funciones de Homenaje, constituído por bloques de sillares de arenisca. Su disposición, sillares colocados uno a soga y dos o tres a tizón, les da una cronología califal, del siglo X. A pesar de los derribos y su mal estado todavía conserva unos diez metros de altura. Su perímetro por el lado Este carece de muros. Las paredes rocosas verticales los hacían innecesarios. El flanco Oeste está recorrido por los restos de una muralla muy heterogénea en su altura y grosor y en sus técnicas constructivas. Se pueden distinguir los restos de cuatro torres, con base de mampostería, aunque podrían haber sido más. Sobre el altillo central del cerro se acumulan amontonamientos de escombros, entre los que se observan restos de muros que siguen alineaciones casi rectas. En este lugar existen un gran número de cámaras subterráneas (22).
Camino de entrada al castillo, excavado en la roca, aunque no se aprecia debido a la vegetación. Al final de esta subida estaban las puertas de entrada. En 2021 se había hormigonado la rampa construyendo escalones.
Torre Norte, al borde de los escarpes.
Doble aspecto de la fábrica de los lienzos del sector Oeste. Se aprecia la mezcla de facturas y su grave deterioro.
El castillo visto desde la torre del Homenaje. La parte de la derecha, al Este, más elevada, pertenece a la celoquia o zona noble. Imagen tomada en 2007.
El mismo lugar en 2021. Ha sido el más remozado durante las excavaciones.
En 2021 se ha restaurado la entrada. Aunque con excesiva modernidad, simula muy bien cómo debió ser en realidad.
Entrada al castillo a través de una escalera y pasarela metálica en 2007. Todo era un amasijo de escombros.
En la entrada al castillo en 2007 se encontraban estos sillares ciclópeos que, posiblemente, sean romanos.
Actualmente, en 2021, han quedado junto a la entrada.
Zona de la entrada vista desde el interior del castillo.
Su único acceso se realizaba por un camino de fuerte pendiente que llegaba a una puerta defendida por una torre albarrana, actual de la Veleta. Aquí se giraba a la izquierda para llegar a un puente levadizo que salvaba un profundo foso que todavía hoy produce vértigo. El arco de entrada estaba defendido por dos grandes cubos
Origen romano, pues restos de esta época su han encontrado en su recinto. Fue cedido por el penúltimo rey musulmán de Valencia a Jaime I como garantía del pacto de mutua ayuda (1229) para la conquista del Reino. En 1236 se refrendó el pacto contra Zayyán y repitió la oferta. Fue reconstruído en el XIV para utilizarse en la guerra de los Dos Pedros. Durante la Guerra de Sucesión se ordenó su destrucción total en 1707. En 1840, después de reconstruirse, y tras la finalización de la Primera Guerra Carlista, fue ordenada otra nueva destrucción para que no volviera a ser utilizado por los carlistas.
La celoquia desde el Norte.
Construcción que todavía se mantiene en pie mostrando unas dependencias abovedadas
Conjunto de muros que separan los aljibes medievales, estrechos y largos.
En el recinto de la celoquia se ha acondicionado un gran aljibe compuesto por seis naves, todas de diferente medida tanto de anchura, longitud y altura, y cubiertos por buenas bóvedas de piedra, aunque a uno de ellos le falta. Durante las guerras carlistas fueron utilizados como cuartel y como almacenes, y luego en el siglo XX como corrales para el ganado.
Entrada al aljibe.
Interior de una de las cámaras del aljibe.
Esta es la única que ha perdido la bóveda.
ACCIÓN DE AZPIROZ: El carlista Arévalo se apoderó del castillo, desde el cual impuso su fuerza por todas estas tierras. Pero tras sufrir algunos reveses se retiró al castillo del Poyo, aunque el castillo de Alpuente seguía en manos carlistas. El general liberal Francisco Javier Azpiroz procedió al sitio del castillo. El 24 de abril de 1840 ocupó la Loma de San Cristóbal colocando una batería de artillería para castigar el castillo. Mientras tanto las tropas de Titaguas se lanzaron sobre la villa, obligando a los carlistas a encerrarse en la iglesia y el castillo. Al tercer día, con el pueblo en manos de los liberales, se proyectó hacer una mina en la peña del castillo. Con ayuda de paisanos se abrió bajo la torre del Homenaje por su parte posterior. Tras explotar, fue tal el estremecimiento, que los defensores abandonaron toda esta parte y se refugiaron en el lado contrario. Pero Azpiroz les intimó a la rendición, a la que accedieron a cambio de conservar la vida. El 11 de mayo, el gobernador del castillo rindió las armas junto a 22 oficiales y 222 soldados, y se tomaron tres cañones y 250 fusiles. La toma del castillo fue un gran éxito pero la villa y su término quedó en la más absoluta ruina.
Torre de la Veleta o del Homenaje, situada en el extremo meridional del castillo. Presenta graves desperfectos y grietas amenazantes debido a la explosión de la mina que se abrió a sus pies durante las guerras carlistas.
Lugar cercano a la torre de la Veleta donde se han producido los últimos desprendimientos recientemente.
En las excavaciones de 2009 se ha restaurado parte de la celoquia, consolidando algunas habitaciones y salas muy arruinadas.