Sobre el pequeño cerro en que se ubica el depósito de agua, llamado “el castillejo”, al Oeste del caserío. Se puede llegar a él fácilmente por las calles del pueblo.
Muy mal estado. Tan solo quedan dos de sus torres.
Interior de una de las torres.
Fortaleza de tamaño diminuto a juzgar por el espacio disponible en la estrecha cima de la colina. Debió ser un puesto de vigilancia de alguna fortaleza más importante, como por ejemplo, Monteagudo. De todo su recinto, tan solo quedan dos torres cilíndricas huecas que custodiaban la entrada. Es posible que quedaran más restos, pero al levantarse el depósito del agua justo en el centro, serían arrasados. Quizá pudiera ser una torre atalaya con un pequeño recinto. Donde hoy está la ermita de San Antón, antigua parroquia de la población, se situaba la antigua puebla.
Fue propiedad desde 1452 de don Rodrigo Manrique, Condestable de Castilla, quién enajenó sus derechos señoriales a don Martín de Alarcón, Comendador de Mérida, por 700.000 maravedíes, según escritura otorgada en Ocaña, el 5 de agosto de 1467.
Vista del pueblo y del montículo del castillo desde el Oeste.