En el extremo Noroeste de la pequeña población de Alberuela de la Liena, sobre una colina rodeada por el río Isuala y dos barrancos. Con esta orografía la colina queda completamente aislada excepto por un estrecho paso al Este que lo separa del caserío. Se puede acceder hasta sus ruinas con vehículo a través de las callejuelas.
Muy mal estado. Quedan muy escasos restos, y éstos, con grietas y con desplomes constantes.
Reducto donde han quedado los últimos restos del castillo.
Colina donde estuvo el castillo vista desde el otro lado del río.
Castillo montano en el que no es posible deducir su planta debido a los escasos restos conservados. Se dice que tuvo planta rectangular y que estaba rodeado por una barrera que contaba con un pequeño cubo cilíndrico. Actualmente (abril de 2015), no es posible apreciar tal estructura. Los restos conservados se sitúan en una pequeña elevación del terreno con graves afecciones por todos lados. El riesgo de caída de los muros conservados es inminente. Frente a las casas, donde estaba el punto de más fácil ataque, se conservan, muy arruinados, los restos de una torre, sobre los que se construyó la espadaña de la contigua iglesia de San Nicolás, la cual carece de ella. En sus frentes Este y Norte se conservan algunos muros, también en muy mal estado. Toda la obra es de sillarejo bien trabado, pero presenta fuertes erosiones, quizá por ser de piedra arenisca.
Su más antigua mención se remonta a 1045, con el nombre de Albarola. Se reconquistó, como todos los pueblos del entorno, en 1095, como consecuencia de la rendición del castillo de Naval por Pedro I. Después fue un señorío de la Orden de San Juan de Jerusalén.