Castillo de Aigües

Se alza en lo alto de una pequeña colina al Sureste del casco urbano. Es visible desde gran distancia y fácilmente accesible entre las calles.

 

La torre, único resto conservado, está restaurada. El resto, ha desaparecido.

Castillo montano del que tan solo queda una torre, posible Homenaje. No encontramos nada de los nombrados restos de sus lienzos y basamentos de torres, ni de las incrustaciones de hierro (cagaferro), estos seguramente desaparecidos con la restauración. La torre es de planta cuadrada, cristiana del siglo XVI. Su aparejo es la mampostería irregular. Conserva algunas saeteras y restos de ménsulas. Existe un grabado de Cabanilles en el que aparece este castillo, y en el que la torre cuenta con varias plantas, aunque ahora solo conserve una. Como curiosidad, señalar que en dicho grabado se representa a la torre con grandes grietas y sin restos del resto del castillo, por lo que su estado ya debía ser malo. Se accede a ella por el flanco Este, por una puerta elevada a la que se le ha adosado una escalera metálica moderna. En su interior hay una sala que se cubre con bóveda de cañón.

Grabado de Antonio José Cabanilles, realizado en 1795.

El castillo fue obra de los árabes. Tras la Reconquista quedó en territorio de influencia castellana. En 1179, en el Pacto de Cazola, Alfonso II de Aragón y Alfonso VIII de Castilla, fijaron la frontera desde Bihar hasta Aigües. Después, en 1244, Jaime I y Alfonso X, por el Tratado de Almizra rectificaron la frontera, volviendo a nombrar a Aigües. Alfonso X el Sabio englobó Aigües en la recién constituída municipalidad de Alicante en 1252. Luego, en 1296, todos los territorios hasta Orihuela pasaron al Reino de Valencia. En 1604, Alfonso Martínez de Vera, más tarde Marqués del Bosch, compró el territorio de Aigües. Todavía sus descendientes poseen grandes terrenos en el municipio.

Vista del cerro donde estuvo el castillo y ahora, entre las casas, queda la torre.