Castillo desaparecido. Estuvo situado en el cerro de 1.089 m de altura que domina al pueblo desde el Norte. Los restos del castillo medieval fueron destruídos durante la Guerra Civil (1936-39) cuando este lugar se convirtió en frente de guerra.
La primera vez que se menciona Abánades fue en el siglo XIV, cuando el rey castellano Pedro I encargó el libro Becerro de las Behetrías de Castilla, con el objetivo de controlar y averiguar todas las personas que se encontraban en la Corona de Castilla.

En marzo de 1938, el bando nacional, con el objetivo de alcanzar el Mediterráneo y dividir en dos el terreno de la República, inició una ofensiva en Aragón. Para ayudar al Ejército del Este, el mayor de milicias, Cipriano Mera, actuó ofensivamente en Guadalajara. En Abánades el Batallón 268 de San Fernando arribó desde Renales situándose en el castillo, el cual todavía no tenía ocupación republicana, siendo así la posición más avanzada de los nacionales en el sector. Las tropas de la República se instalaron en las alturas colindantes, cono la del Alto del Molino y la de Los Castillejos. Tras unos intensos días de combates, el frente se estabilizó. Dicha batalla recibe el nombre de «Batalla Olvidada», una de las más desconocidas de la historia de la guerra civil, a pesar de acabar con más de 7.000 bajas entre ambos bandos.
La posición está fortificada por una serie de trincheras, parapetos para fusilería, nidos de ametralladora, casamatas y otras construcciones distribuidas estratégicamente por el cerro, y que comienzan a pocos metros detrás de la iglesia, desde la cual se puede ascender hasta la cima.

