En el centro del pueblo, junto a la carretera. Todo el conjunto de edificaciones está rodeado por un alto muro de piedra que ocupa toda una manzana. También es llamada Casa del Marquesito.
Impecable. Fue restaurada entre 2004 y 2008.
Se trata de un edificio exento de planta cuadrada (16 m de lado) con cubierta a dos aguas y fábrica de sillares de piedra caliza, construído en 1715. Además de la casa, el conjunto se compone por una bodega y varios lagares para exprimir las uvas. Con su restauración se ha pretendido crear un centro enológico con producción de vino y con todas las instalaciones visitables, aunque solo para especialistas. Cuenta, además con un museo en homenaje al viticultor. Por lo que respecta a los elementos defensivos, el edificio no estaba abierto al público todavía en el momento de nuestra visita (abril de 2011) y el alto muro impedía ver cualquier cosa de su interior. En las escasas imágenes que circulan en las redes, no se aprecia ninguno. Tan solo su aspecto sólido y sus vanos diminutos nos pueden llevar a pensar en una fortaleza.

A simple vista, no aparecen elementos defensivos.


El Mayorazgo fue instituido por miembros de la familia Núñez, hidalgos castellanos. En 1715, el titular del Mayorazgo inició la construcción de una casa solariega de grandes dimensiones que sirviese para dar prestigio a su familia. En el transcurso de los dos años siguientes, se construyó la Casa del Mayorazgo y otras dependencias anexas, cuadras, lagar, bodegas, etc. A finales del siglo XVIII, la familia del Mayorazgo traslado su residencia a Peñafiel, aunque siguieron pasando largas temporadas en Aldeasoña. Curiosamente, Madoz en 1845, la destaca como casa fuerte. En 1978 fue restaurada. A comienzos del siglo XXI, la familia Pitarch, actuales propietarios y descendientes directos de los creadores del Mayorazgo, construyeron una moderna bodega en las inmediaciones del edificio.