Sobre una colina achatada con forma de muela de 764 m en medio del pueblo. Tiene acceso, incluso para vehículos, por la ladera Norte.
Apenas queda nada de este importante castillo. Diversos autores antiguos lo señalan como el más fuerte e importante de la frontera. En todas las fuentes consultadas, se nombran restos de edificios y estructuras que nosotros ya no hemos encontrado durante nuestra visita (diciembre 2025), señal de que su deterioro es rápido. En el interior del castillo se alzan unas antenas, el mojón del vértice geodésico y una imagen del Corazón de Jesús levantada en 1954.
La colina del castillo vista desde el Oeste.
Lienzo Norte. La construcción de bodegas subterráneas ha socavado la colina derribando partes del castillo.
Torre del extremo Noreste, la única circular.
Castillo roquero de planta irregular adaptada al espacio existente en la cima de la muela. Todas sus vertientes presentan gran verticalidad, excepto en su extremo Noroeste, por donde asciende el camino. Ocupa una superficie aproximada de 9.500 m2. Se cuenta que tuvo tres recintos que ahora son inapreciables. Tan solo saldrían a la luz por medio de excavaciones. Su extremo Noreste termina en un cubo circular de gran diámetro, del que tan solo queda su base. La Torre de Homenaje se encontraba en el lado Oeste del castillo. Allí residían los Palafox, que tenían una extensa vivienda con altas fortificaciones. Todo este lado Oeste constituía la residencia del castillo y viviendas de los criados, caballerizas y demás, mientras que en el lado Este o Sureste estaba la torre del alcaide, con estancias de soldados y peones. Entre los dos conjuntos existía un gran patio de armas y un aljibe. Nada de esto ha quedado.
Frente oriental.
Frente oriental.
Se cita en la crónica de Al-Udri y en el Cantar del Cid. Tras su conquista en 1120 por Alfonso I el Batallador es posible que llegase a tener un fuero de frontera. Aparece como cabeza de distrito de una Comunidad de Villa y Tierra, ya desde el siglo XII, pues desde 1154 formó un territorio independiente al de Calatayud. Su cercanía a la frontera lo convirtió en uno de los castillos más importantes del reino. En 1175 pertenecía al señorío de don Beltrán de Santa Cruz a la sazón señor de Teruel, señor de Alcañiz y señor de Luesia. También desde este castillo el rey Alfonso II de Aragón hizo donación del castillo de Alcañiz a la orden de Calatrava. Ya en el año 1200, Pedro II de Aragón lo empeñó a Pedro Fernández por la falta de dinero que existía en el Reino en esos días. Volvió a la corona una vez saldada la deuda y en 1278, Pedro III de Aragón ordenó a Gonzalo de Funes que realizara obras para aumentar la seguridad de la fortificación con cargo al erario real. Aquí se reunió Jaime II con los partidarios de Alfonso de la Cerda, contra Fernando IV de Castilla en 1303. Fue uno de los 16 castillos exigidos en rehenes por la Unión, hasta que en 1348 Pedro IV derrotara a los nobles en la batalla de Épila. Durante la Guerra de los Dos Pedros fue conquistado en 1361 y devuelto a finales de ese año por un tratado de paz. Conquistado de nuevo en 1362, sería abandonado por los castellanos en abril de 1366. Estuvo al cuidado de la Corona, hasta que en 1381 Pedro IV vendió lugar y castillo además de sus lugares a su alférez Guillermo de Palafox por 30.000 libras barcelonesas. Durante el siglo XV entre 1436-1451 la villa y castillo sería donada por Alfonso V a la familia Funes, siendo recuperado más tarde nuevamente por los Palafox. En 1475 fue atacado por el conde de Medinaceli. A finales de este siglo se produjo la Sentencia de Celada, dada por Fernando el Católico (1497) a favor de la nobleza. El absoluto poder concedido a los nobles provocaría que durante todo el XVI y parte del XVII se produjeran las famosas alteraciones de Ariza. En 1638 sufrió importantes reformas y ampliaciones promovidas por su señor, Juan de Palafox.
Torre del extremo meridional, convertida en mirador sobre el valle del Jalón.
Muros del frente Suroeste.