Castillo de Monreal

Sobre una colina de 795 m de altura al Sur del pueblo. Se puede acceder fácilmente entre las calles de Monreal. En el momento de nuestra visita (diciembre 2025) estaba cerrado. No se han completado las reparaciones en el castillo a la espera de próximos presupuestos. No obstante, creemos que una vez consolidado y alejado el peligro de caídas de cascotes, bien podría abrirse al público, mientras esperamos un dinero que nunca se sabe lo que va a tardar.

Su estado llegó a ser auténticamente lamentable, incluída la iglesia. El castillo es propiedad del Ministerio de Cultura que lo tenía en el más completo abandono. Unos fuertes desprendimientos ocurridos en el año 2007 hicieron saltar las alarmas. Gentes como Javier Ibáñez, a la sazón trabajando en la cercana Arcóbriga, hicieron tomar conciencia a los responsables del ministerio de que esto había que arreglarlo antes de que todo se viniera abajo. Y todavía no es hasta el año 2015 cuando empezaron las obras de consolidación y rehabilitación de la fortaleza. En estos años se ha hecho mucho pero todavía queda bastante por arreglar, como el largo lienzo Oeste caído en su mayor parte, o el muro Norte, fuertemente inclinado y que ha sido apuntalado con un armazón metálico.

El castillo desde el Norte.

El castillo desde el Oeste.

 

 

Única entrada al castillo. Está en su extremo Norte y defendida por el ábside de la iglesia a modo de torreón.

 

 

 

Muro Norte. Fuertemente inclinado, ha sido apuntalado para evitar su colapso.

 

 

 

Muro Norte. Visto desde el interior del cuarto recinto, el más bajo.

 

Castillo roquero de planta irregular, con cuatro recintos escalonados hacia el Norte, de modo que para llegar a la torre del Homenaje, punto más elevado del conjunto, hay que pasar por todos los recintos, uno detrás de otro. El conjunto fue creado añadiendo y modificando durante siglos sin plan previsto y con gran variedad de fábrica. Se han identificado hasta cuatro clases de tapial diferentes, añadiendo mampostería y sillares en el Homenaje. Todo un maremágnum de materiales. Le hemos calculado una superficie aproximada de 3.500 m2. Sus muros presentan un color rojizo característico, similar al de la tierra y rocas del entorno, por lo que se confunden unos con otros.

El cuarto recinto es el más septentrional y el situado a menor altura. En su extremo Noreste aparece la puerta, de la que quedan los arranques del arco y una rampa de acceso. El muro Norte está provisto de numerosas almenas aspilleradas del siglo XV, pero presenta una peligrosa inclinación, por lo que ha sido apuntalado con vigas de hierro. El cuarto recinto está separado del tercero por la mole de la iglesia, que forma un elemento más del castillo y fue adaptada para la defensa. Su ábside hace las funciones de cubo de la muralla y su entrada está defendida por matacanes, puesto que para llegar al tercer recinto hay que hacerlo a través de la iglesia.

Para acceder al tercer recinto hay que hacerlo a través de la iglesia por un arco apuntado defendido por matacanes.

También queda la base de una torre que defendía este sector.

El tercer recinto fue utilizado como cementerio hasta 1927 y todavía pueden verse vestigios de esa función. A él se llega a través de la iglesia. Es el recinto de mayor extensión. Casi todo su muro occidental, asentado directamente sobre la roca, está caído ladera abajo. Para ascender hasta el segundo recinto se levantó una escalera moderna de piedra adosada a su muró Este.

En origen el acceso hasta el segundo recinto fue por medio de una rampa. Aquí, las excavaciones han sacado a la luz restos de habitaciones y dependencias varias.

Por último, llegamos al último recinto, el más pequeño, rematado por una esbelta torre pentagonal con aparejo de sillería.

Muro Oeste del segundo recinto.

 

 

 

Interior del muro Este del segundo recinto. Todavía quedan vestigios de su función como cementerio.

 

 

 

Exterior del muro Este del segundo recinto. Defendido por el ábside de la iglesia.

Para acceder al segundo recinto existe una escalera-rampa.

Muro septentrional del segundo recinto.

Fue fundado en 1128 por Alfonso I el Batallador (Mont Regal). Se llamó “de Ariza” para distinguirlo de Monreal del Campo, que también había fundado Alfonso cuatro años antes. Durante siglos fue la última fortaleza fronteriza en una importante vía de comunicación, a una legua tan solo de Castilla. Ante Monreal estuvieron en 1289, frente a frente, los ejércitos de Alfonso III y Sancho IV durante vente días en son de guerra, hasta que aquél se movió hacia Monteagudo. Durante la Guerra de los Dos Pedros fue tomado por los castellanos dos veces. En Monreal se entrevistaron Jaime II y Fernando IV para concertar la boda de sus hijos en 1308. En 1381 la villa y el castillo fueron vendidas por Pedro IV a Guillén de Palafox, origen de la importante Casa de los Marqueses de Ariza. En 1429 cayó en manos de don Álvaro de Luna, que lo tuvo en su poder hasta 1436, en que pasó de nuevo a los Palafox, en cuyo poder estuvo hasta el siglo XVII.  

 

 

 

 

Los tres recintos escalonados.